Andrés Oppenheimer aoppenheimer@elnuevoherald.com
Dos años después de que el presidente Barack Obama anunciara su plan de incrementar a 100,000 el número de estudiantes latinoamericanos que vienen a las universidades de Estados Unidos para el 2020, y la misma cantidad de estudiantes estadounidenses que vayan a Latinoamérica, el programa está avanzando demasiado lento como para lograr su meta en el plazo fijado.
Un nuevo estudio publicado esta semana, realizado por el Instituto de Educación Internacional y el Departamento de Estado en EEUU y titulado “Puertas Abiertas”, revela que los estudiantes asiáticos —mayormente de China, India y Corea del Sur— siguen viniendo a Estados Unidos en números mucho mayores que los latinoamericanos.
Al ritmo actual, según mis cálculos, basados en las cifras del estudio, el programa de Obama llamado “Fuerza de 100,000 en las Américas” se quedará corto si no recibe un empujón.
Según “Puertas Abiertas”, el número de estudiantes extranjeros que viene a las universidades de Estados Unidos aumentó un 7 por ciento este año, alcanzando la cifra de 820,000 estudiantes.
Pero casi el 50 por ciento provienen de China (236,000), India (97,000) y Corea del Sur (71,000). En comparación, el número de estudiantes provenientes de Latinoamérica y el Caribe que vienen a las universidades estadounidenses es de tan sólo 67,000.
Mientras la cifra de estudiantes asiáticos en las universidades de Estados Unidos creció 7.3 por ciento el año pasado, el número de sus contrapartes latinoamericanos creció apenas un 3.8 por ciento este año, según el informe.
Los expertos coinciden en que números cada vez mayores de estudiantes asiáticos van a las universidades estadounidenses porque según los tres rankings principales de las mejores universidades del mundo —incluyendo el del Suplemento de Educación Superior del Times inglés, y el de la universidad Jiao Tong de Shanghái, China— las universidades de Estados Unidos siguen siendo las mejores del mundo.
Los países latinoamericanos que envían el mayor número de estudiantes universitarios a Estados Unidos son México (14,200), Brasil (10,700), Colombia (6,500) y Venezuela (6,200). Reflejando su creciente aislamiento académico, Argentina envió este año tan sólo 1,800 estudiantes a las universidades estadounidenses, según el estudio.
Al ritmo actual de crecimiento anual, el número de estudiantes latinoamericanos que vienen a las universidades de Estados Unidos alcanzaría 87,000 para el 2020, mucho menos que el objetivo planteado por Obama, de 100,000 estudiantes.
En lo referente al número de estudiantes estadounidenses que van a las universidades latinoamericanas, el actual ritmo de crecimiento alcanzará la cifra de 98,000 para el 2020, según mis cálculos.
El estudio “Puertas Abiertas” muestra que el número de universitarios estadounidenses que estudian en el exterior aumentó este año un 3 por ciento, a 283,000. El 38 por ciento del total fueron al Reino Unido, Italia, España y Francia, y tan sólo un 16 por ciento a Latinoamérica y el Caribe, dice el estudio.
No obstante, el número de estudiantes de Estados Unidos que fueron a Latinoamérica y el Caribe creció un 11.7 por ciento este año, mucho más que el promedio en todo el mundo. Los países de la región que reciben más estudiantes universitarios estadounidenses son Costa Rica (7,900), Argentina (4,700), Brasil (4,000) y México (3,815), según el estudio.
Tras la publicación del informe, le pregunté a la experta del IEI Peggy Blumenthal si el programa de intercambios estudiantiles para las Américas de Obama está en serios problemas. Según ella, no es así.
“Estamos yendo en la dirección correcta”, me dijo Blumenthal, agregando que los intercambios estudiantiles de Estados Unidos con los países latinoamericanos están creciendo más rápido que con otras regiones del mundo, especialmente por el aumento de estudiantes de Brasil. El gobierno brasileño ha lanzado un plan para enviar a 100,000 estudiantes a conseguir maestrías y doctorados en universidades extranjeras.
“Me animaría a decir que el número de estudiantes brasileños será aún mayor el año próximo”, dijo Blumenthal. “Y las becas del gobierno brasileño están alentando a otros estudiantes brasileños a venir a las universidades de Estados Unidos”.
Mi opinión: Los gobiernos latinoamericanos deberían preguntarse si deberían imitar el ejemplo de China, Vietnam y Corea del Sur, y enviar más estudiantes a graduarse en las mejores universidades del mundo.
Es muy revelador que Vietnam, un país comunista, está enviando más estudiantes universitarios a Estados Unidos (16,000) que cualquier país latinoamericano, incluyendo a México.
Y el presidente Obama debería preguntarse si debería invertir más de su propio tiempo en promover su plan regional de intercambios universitarios, para conseguir así más fondos del sector privado y más acuerdos entre universidades estadounidenses y latinoamericanas para crear más programas académicos conjuntos.
El programa “Fuerza de 100.000 en las Américas” es la iniciativa regional más importante —y, es triste decirlo, probablemente la única — que ha lanzado el gobierno de Obama para Latinoamérica y el Caribe. Debería recibir un nuevo impulso para poder cumplir con su meta en el 2020.
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