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ANOLAN PONCE: Lo que revela el fallo del portal Obamacare Anólan Ponce El fallo en la implementación tecnológica del portal de Internet para afiliación a la nueva ley de salud ha tenido repercusiones desastrosas para el presidente Obama. De acuerdo a los últimos sondeos, su índice de aprobación en estos momentos ha descendido a 37 por ciento lo cual indica, simplemente, que los ciudadanos de este gran país están furiosos y decepcionados. Y con razón. A la frustración surgida en el acceso a un portal cibernético inoperable, siguió la indignación provocada debido a la cancelación de pólizas por parte de las aseguradoras a cinco millones de individuos que no califican bajo las nuevas regulaciones, lo cual constituye una negación de lo afirmado anteriormente por el Presidente de que quien quisiera mantener su plan de salud lo podría hacer. Resultó que no era cierto porque dos beneficios requeridos en las pólizas bajo la nueva ley, la maternidad y el abuso de sustancias, producen pocas ganancias a las compañías de seguros. Al verse forzadas a incluirlos universalmente, cancelaron las pólizas vigentes ofreciendo en su lugar otras a un precio más alto. El enojo ciudadano ha forzado al Presidente a rescindir temporalmente esta parte clave del plan, autorizando a las aseguradoras a restablecer las pólizas por un año, pero aún no está claro si esto es posible. Sin embargo, al menos ahora sabemos quién paga por el plan de salud. Somos nosotros, los ciudadanos que no recibimos subsidios económicos, y al ser forzados a comprar pólizas más costosas con beneficios que no usaremos creamos el sobrante necesario que costea el plan. Nancy Pelosi estaba en lo cierto cuando alegó, durante el intenso debate en el Congreso para aprobar apresuradamente esta ley cuyas 10,000 páginas de regulaciones nadie quiso leer, que la única forma de saber su contenido era implementándola. Ese día ha llegado, aunque a un altísimo costo político para el Presidente. Pero más allá del mérito o desmérito de la nueva ley de salud, lo que resulta verdaderamente inquietante es la irresponsabilidad con que la Administración ha tratado un proyecto que afecta a toda la nación. Si el Presidente, quien considera esta ley su legado histórico, ha permitido una puesta en escena de su obra máxima en forma tan chapucera y desastrosa, su liderazgo y seriedad se ponen en tela de juicio. Por años yo me desenvolví en un mundo de tecnología como Ingeniera Superior de Sistemas Informativos para Control de Vuelos en la extinta Eastern Airlines. Yo era parte de un grupo élite. En esencia, 11 ingenieros manteníamos los aviones de Eastern en el aire proveyendo a diario, 24 horas, la información necesaria para todas las operaciones de vuelo. Cuando Eastern decidió mover todos los sistemas residentes en la vieja computadora central Univac 494 a la entonces novísima Unisys 1100, fuimos asignados la inmensa tarea de convertir todos los programas ya existentes, y a la vez crear otros, que fuesen compatibles con la nueva instalación. Nos tomó algo más de 3 años completar el proyecto; pero en la madrugada de la implementación no hubo interrupción alguna en el servicio de Eastern o de más de una docena de líneas aéreas afiliadas a nuestros sistemas. Miles de pasajeros volaron a sus destinos inconscientes del cambio efectuado. La complejidad de nuestro proyecto en Eastern es comparable a la creación del portal para el plan de salud. Pero donde nosotros triunfamos, el gobierno ha fracasado. La diferencia la marcan el liderazgo y la responsabilidad. ¿Puede alguien concebir que la gerencia de Eastern Airlines hubiese autorizado la implementación de un proyecto conociendo de antemano que perjudicaría sus operaciones e incomodaría a sus pasajeros? Pero el fallo tecnológico del portal Obamacare revela algo más: la impunidad con que en la actualidad actúan los funcionarios del gobierno está perjudicando el funcionamiento de este. En mis tiempos en Eastern, mi empleo dependía de un rendimiento positivo. Esta no parece ser la norma para la Administración. A un error, un mea culpa y borrón y cuenta nueva. Es precisamente lo que ha hecho ahora Kathleen Sebelius. La incompetencia no es penalizada. Las funestas consecuencias de esta actitud han quedado ampliamente demostradas con la implementación del sitio Obamacare. Directora-M.A.R por Cuba.