OLGA CONNOR: Los 300 años de la Real Academia Española
HUMBERTO LOPEZ MORALES SECRETARIO GENERAL DE LA ASOCIACION DE ACADEMIAS DE LA LENGUA ESPAÑOLA |
En Madrid se están celebrando 300 años de fundada la Real Academia Española (RAE), cuyo objetivo era y sigue siendo regular el idioma.
Humberto López Morales , secretario general de la Asociación de Academias de la Lengua Española, que son 22 en todas las Américas, y director del primer Diccionario de americanismos y de numerosas obras, me hizo el honor de llevarme de recorrido por el edificio del siglo XIX que alberga la RAE, en la calle Felipe IV, detrás del Museo del Prado y cerca de la iglesia y convento de los Jerónimos.
Nos acompañaba su primo, el poeta Orlando Rossardi, y conocimos también al director de la RAE, José Manuel Blecua, y a Carlos Domínguez, ayudante del secretario Darío Villanueva.
Mis anfitriones me mostraron el salón América, sede de la Asociación de las Academias, y la oficina de López Morales, decorados con motivos latinoamericanos; los salones de las comisiones y el significativo salón de plenos, donde se deciden las voces del idioma de modo concreto. Hay que ver, sobre todo, las bellas y pobladas bibliotecas, y el hermoso Salón de Actos.
Los comienzos de la institución se remiten a un grupo de ocho tertulianos que pidieron a Felipe V que les otorgara dinero para comenzar esta labor. Luego se añadieron 13 tertulianos más y se pudo conseguir 13 años más tarde publicar el Diccionario de las Autoridades (1726), pues reunía las voces de los autores del Siglo de Oro, Cervantes, Lope de Vega, Calderón de la Barca y otros. La Enciclopedia Francesa felicitó a la Real Academia por esta extraordinaria obra maestra. Desde entonces la Academia ha ido añadiendo voces nuevas al idioma, según su uso, y esta es la razón por las que se reúnen a puertas cerradas los académicos –hoy 48, entre ellos, ocho mujeres–, en el salón de plenos, de forma ovalada, con butacas asignadas y luces sobre cada puesto señalado con cartapacio, que pude visitar porque no estaba en sesión ese día.
Pregunté el porqué del cambio del acento en el adverbio solo. “Ese acento fue objeto de un debate muy extenso”, dijo López Morales. “Los más antiguos no estábamos a favor de quitarlo, pero se adoptó este cambio por mayoría y no por unanimidad”. Es extraño que solo con “solo” se haya hecho esta salvedad en el acento diacrítico.
Para conmemorar el aniversario de la RAE, se inició en octubre una excelente exposición en la Biblioteca Nacional, titulada La lengua y la palabra: trescientos años de la Real Academia Española, que recoge los ficheros, con fichas a mano de los académicos antes de la era digital, y retratos de los miembros a través de los siglos, entre ellos varios Sorollas. Allí están Benito Pérez Galdós y Dámaso Alonso, cuya inmensa biblioteca donó a la RAE, y se hospeda en una gran sala con su nombre.
A la entrada del edificio –también algunos expuestos en la Biblioteca– se ven unos colgadores o percheros para sombrero, abrigo y sombrilla con los nombres de cada académico. La académica Carmen Iglesias, comisaria de la exposición, los llamó memento mori. Estas joyas bibliográficas que nos rodeaban en la Biblioteca –adonde me acompañó el pintor Enrique Cubillas– incluían la primera edición del Diccionario de Autoridades (1726-1739), la primeraGramática académica de 1771, y la edición ilustrada del Quijote de 1780. En total: unas 250 piezas entre pinturas, retratos, grabados, incunables y manuscritos, que estarán expuestos hasta enero de 2014.
CAFÉ DON GASTÓN
Siempre que voy a Madrid busco la bohemia cubana y, por casualidad, me albergo en un lugar cercano a sus encuentros. Primero era por la Calle Atocha, muy cerca del Paseo de las Artes, y centro de un triángulo de museos, el Reina Sofía, el Prado y el Thyssen. Esta vez me hospedé en la calle de General Perón, en casa del arquitecto Osvaldo Tapia Ruano, y justo donde termina esta calle, comienza Infanta Mercedes, donde los nuevos y los antiguos cubanos se encuentran ahora en un reciente café del número 27, que tiene lazos con Diario de Cuba en la red. Se llama Café Don Gastón, en honor a Gastón Baquero.
Lo curioso es que mi antiguo grupo estaba muy relacionado con Felipe Lázaro, que siempre ha cohesionado a los cubanos en Madrid. Esta vez también lo hizo al publicar su editorial Betania el libro de Yoandi Cabrera Adán en el estanque, que presentó la profesora cubana Milena Rodríguez. Entre la gente que yo conocía de hace tiempo se encontraban Orlando Rossardi, Tapia Ruano, León de la Hoz y otros. Esperábamos a la arquitecta Irma Alfonso y a la poeta Isel Rivero, que al fin no llegaron. También conocía al gerente del sitio, Ladislao Aguado “Lalo”. El me explicó que tienen una nueva editorial llamada Hypermedia, de la cual el Café Don Gastón es su sede social. A la editorial están asociados no solo Diario de Cuba, con Pablo Díaz, sino también León de la Hoz, Joaquín Badajoz, y el propio Cabrera, que dicta clases de griego, como hacía en la Universidad de La Habana.
El libro Adán en el estanque, con prólogo de Elina Miranda, reúne poemas entre el 2003 y el 2013 y se divide en tres partes: Doméstica, Adán en el estanque y En los altos trirremes. •
Comentarios
Publicar un comentario