EN MEMORIA DEL PADRE FERNANDO ARANGO
EL PADRE FERNANDO ARANGO
1924- 1988
Por José Gómez Cerda
Presidente de la Central Latinoamericana y del Caribe de
Trabajadores Jubilados, Pensionados y Adultos Mayores (CLATJUPAM).
Presidente de la Asociación Dominicana de Periodistas y Escritores (ADPE).
Fernando de Arango Álvarez nació el 20 de febrero de 1924 en la
Habana-Cuba, y murió el 3 de mayo de 1988, en Santo Domingo, está
enterrado en el Cementerio de los Padres Jesuitas en la Casa Manresa. Cursó sus
estudios en el Colegio Belén, desde muy pequeño sintió vocación religiosa,
ingresó el Seminario en 1941 y se ordenó sacerdote en 1954.
Durante algún tiempo de desempeñó como asesor de la Juventud
Obrera Católica (JOC) cubana, especialmente en los últimos años de la dictadura
de Fulgencio Batista y los primeros años del Gobierno de Fidel Castro, donde la
JOC jugó un importante papel en defensa de los derechos de los jóvenes
trabajadores y del pueblo cubano en general.
Lo conocí en La Habana, cuando procedente de Costa Rica, en mi
condición de exiliado de la dictadura de Trujillo estuve en esa ciudad.
El padre Fernando de Arango fue expulsado de Cuba junto a otros
125 religiosos, tanto sacerdotes, como monjas, entre ellos el Obispo Monseñor
Eduardo Boza Masvidal, fueron deportados a España, Arango se traslado a
Venezuela y a mediados del año 1962 se radicó a nuestro país.
Arango se unió a otros jesuitas que estaban trabajando en el área
social, entre ellos hay que recordar con especial veneración al padre Manuel
González Quevedo, y algunos más jóvenes para esa época como los padres
Francisco Guzmán, José Arnaiz, Benavides, José Llorente; más tarde llegaron el
Padre José Luis Alemán, Arnaldo Bazán, Juan Montalvo, y otros, quienes
realizaron una labor de identificación con la clase de trabajadora dominicana,
tanto en el campo como en la ciudad, especialmente en el área de la formación,
acción, promoción y organización.
La primera gran tarea del padre Fernando de Arango en nuestro país
fue reorganizar en el año 1962 la JUVENTUD OBRERA CATOLICA (JOC), que había
existido en años anteriores, (de la cual tuve el honor de ser su último
Presidente durante la dictadura de Trujillo), limitada en algunas parroquias de
la capital, suspendida durante los últimos años de la dictadura de Trujillo
después de las deportaciones de los últimos asesores, los padres Manuel
González Quevedo y Marcial Silva.
La nueva JOC, orientada por el padre Arango tuvo una dimensión más
amplia, dinámica y entusiasta, que la anterior. Aquellos que participamos
en la JOC en la “Era de Trujillo” estuvimos muy limitados. La nueva JOC se regó
en toda la geografía nacional, involucró nuevos asesores y despertó mucho
entusiasmo entre la juventud trabajadora dominicana.
Fueron muchos los jóvenes que se formaron en la JOC,
que luego pasaron a integrarse al sindicalismo, la política o el
cooperativismo, con una sólida base de formación cristiana, especialmente en el
aspecto social.
Su segunda labor fue el intento de crear el Movimiento de Trabajadores
Cristianos (MTC), relacionado al Movimiento Obrero de Acción
Cristiana (MOAC), que surgió en América Latina, en el 1964, que me honré
de representar junto al cooperativista Bernardino Ortiz, en su Congreso
Constituido en Panamá, seleccionados por el padre Arango, con el objetivo de
crear un movimiento capaz de integrar a familias obreras, como continuación de
la labor apostólica de la JOC.
Arango tuvo el acierto de invitar al país, en abril de 1964, a José
Cardijn, fundador, líder y asesor de la Juventud Obrera Cristiana Internacional
(JOCI), un sacerdote belga que difundió el pensamiento de la Doctrina Social de
la Iglesia entre los Jóvenes de todos los continentes.
La conferencia central de José Cardijn, en el auditorio Don
Bosco fue un evento histórico. Fernando de Arango sirvió de intérprete, además
presentó a éste líder mundial a diversos sindicalistas, religiosos y personas
cristianas identificadas con la Doctrina Social de la Iglesia.
Tuve la ocasión de conversar con Monseñor Cardijn por segunda vez,
la primer había sido en Nueva York, cuando yo era Presidente de la JOC
de hispanos en esa urbe norteamericana.
La vocación de Arango por la formación de los jóvenes lo acercó a
la Juventud Revolucionaria Cristiana (JRC), ahí orientó a muchos jóvenes, que
hoy son destacados, entre ellos recuerdo a Tom Lluveres (hoy sacerdote jesuita)
y Enrique de León, político de izquierda.
De la Juventud Obrera Católica (JOC) salieron jóvenes que
desarrollaron una gran tarea a nivel nacional, como son: Ramón Martínez
Portorreal, José Enrique Trinidad, Chichí Mejía, Herminio Almonte
(Q.e.p.d.) Gabriel Fortuna, Rafael Santos, Ramón Paulino, Claudio y otros
jóvenes más, también muchas muchachas que pertenecían a la JOC femenina.
El padre Arango participó con una delegación de jóvenes
trabajadores dominicanos, entre ellos José Enrique Trinidad, al ´Congreso de la
Juventud Obrera Cristiana Internacional (JOCI), celebrado en Bangkok,
Tailandia, en 1966.
En el ambiente sindical Arango fue asesor de la Confederación
Autónoma de Sindicatos Cristianos (CASC), además director espiritual de muchos
de sus dirigentes especialmente en las décadas del 60 y del 70; Aun cuando en
los últimos años no intervenía directamente en las actividades sindicales,
siempre mantuvo su relación personal con muchos dirigentes sociales, siendo
asesor espiritual de muchos hombres comprometidos con los cambios sociales, que
tuvimos al padre Arango un orientador.
El Padre Fernando de Arango será recordado por muchas de sus
buenas acciones, entre ellas como Asesor de la Juventud Obrera Católica (JOC).
La JOC es un movimiento apostólico de la Iglesia, educador de
jóvenes trabajadores, con el objetivo de formar militantes cristianos. Su
método está basado en la trilogía de "Ver - Jugar y Actuar", dar
testimonios de la labor apostólica en su ambiente de trabajo, hacer encuestas
sobre la realidad social de los jóvenes trabajadores y realizar revisión de
vida obrera.
El Padre Arango que conocía la JOC tanto en Europa como en Cuba,
su país natal, se dedicó a la formación de sus militantes dominicanos, utilizó
los métodos recomendables.
Instaló una oficina central en un barrio obrero, precisamente en
la calle Juan Erazo No 133; creó las estructuras físicas necesarias para
respaldar las actividades de los militantes como una biblioteca, el periódico
"Juventud Obrera" y una librería que estaba ubicada frente a la
Catedral de Santo Domingo, para la difusión amplia del pensamiento de la Doctrina
Cristiana, pero además se crearon oficinas en el interior del país,
especialmente en Santiago, donde el Padre Arango realizó un gran labor a favor
de los jóvenes trabajadores.
El Padre Arango conocía que en el rol de Asesor lo más Importante
es la presencia, las Intervenciones, deben ser breves y precisas. La presencia
del Asesor imprime respaldo a los militantes del movimiento.
Esta presencia se manifiesta en la amistad sincera con los
militantes, un deseo permanente de conocer cómo está funcionando el movimiento
y la entrega a él.
El Asesor debe facilitar la acción formadora, base educativa de la
JOC. Esta misión se ejerce a cuatro niveles fundamentales:
1.- La formación espiritual de los militantes y simpatizantes (pre-jocistas).
Invitar a la acción con el llamado de la fe cristiana.
2.- Dentro de la acción sugerir los pasos para la promoción humana
y cristiana de los jóvenes trabajadores.
3.- Orientar y corregir los proyectos ambiciosos, para ajustarlos
a la realidad.
4.- Ayudar en la reflexión conjunta, cuestionado con preguntas
concretas. No es dar soluciones sino ayudar a buscarlas. El asesor debe saber
valorizar el silencio de los militantes según sus diferentes matices,
especialmente cuando están en reuniones.
Además el Asesor debe tener capacidad de intuición y sentido de
promoción espiritual de las personas.
El Padre Arango estuvo siempre dispuesto a colaborar en todo lo
que fuera necesario, especialmente cuando era relacionado con los trabajadores,
de la misma forma que ofrecía una misa por un líder fallecido como el caso del
dirigente Porfirio Zarzuela y como al Padre de Emilio Máspero, Sr. José
Máspero, que murió en Argentina mientras su hijo se encontraba en el país.
Por diversas razones Arango tuvo que dejar en asesoramiento de la
JOC, de ahí en adelante ese movimiento fue decreciendo hasta desaparecer, sin
embargo, ha sido la cantera mayor en la formación técnica, social y espiritual
de los jóvenes trabajadores dominicanos.
Arango ofició muchos matrimonios, pero principalmente era un
orientador religioso y social de la clase trabajadora que también sirvió para
muchos políticos cooperativistas y sus últimos años lo dedicó a los estudiantes
por medio del Movimiento Estudiantil de Concientización (MEC).
Uno de sus principales colaboradores fue Alberto Cao, el último
Presidente de la JOC cubana, quien se radicó en nuestro país en 1963 acompañó
al Padre Arango en los años iniciales de la reorganización de la JOC
dominicana, su experiencia fue muy provechosa. Cao murió hace algunos años en
Santo Domingo.
El Padre Arango escribió un folleto titulado "SINDICALISMO y
DEMOCRACIA EN LA REPUBLICA DOMINICANA" donde analizó la situación de los
trabajadores organizados a fines de la década del 60.
El 3 de junio de 1970 publicó "CARTA ABIERTA A LA COMISION
NACIONAL DEL DESARROLLO", una comunicación que trajo muchos comentarios
favorables a su posición.
El 15 de diciembre de 1970 Arango convocó la JORNADA DE REFLEXION,
especialmente contra el terrorismo que vivía el país en ese tiempo. El habló
ese día por una cadena nacional de radio, el objetivo era paralizar el país
durante 15 minutos, en forma de silencio, para repudiar la ola de terrorismo.
Aunque la acción no tuvo el éxito esperado su valentía fue reconocida y su
intención alabada, Él fue uno de los promotores de “LA NO-VIOLENCIA ACTIVA”
En diferentes seminarios de dirigentes sindicales el Padre Arango
trató el tema de "La Situación Moral de los Dirigentes" buscando una
autenticidad entre el pensamiento y la acción de los dirigentes sociales.
Cuando Arango fue Asesor espiritual del Seminario Santo Tomás de
Aquino, como luego del Politécnico Loyola, tuvo la gentileza de invitarme para ofrecer
conferencias tanto a los seminaristas como a los estudiantes, sobre la Doctrina
Social Cristiana y el movimiento de los trabajadores.
El 21 de octubre de 1980 Arango ofreció una conferencia en el
local de la CASC, dentro de un programa de Cultura Popular, sobre
"LOS JÓVENES TRABAJADORES", donde resaltó que nuestro futuro está en
la juventud a quien debe atenderse con cuidado y esmero.
El padre Arango participó en la organización y selección de una serie
de cursos que se realizaron entre 1964 y 1966 en Opaloka-Miami, dirigidos por
el padre Mauro Barrenechea. En estos cursos participaron dirigentes de la
Juventud Obrera Católica (JOC), dirigentes sindicales urbanos y campesinos,
cooperativistas y otros jóvenes cristianos.
Los cursos dirigidos por el padre Barrenechea integraron a muchos
jóvenes, potenciales líderes en esa época, muchos de los cuales se encuentran
activos en distintas organizaciones sociales, políticas y religiosas.
Durante algún tiempo Arango se dedicó a organizar una biblioteca y
centro de documentación en el Instituto Nacional de Formación Agraria y
Sindical (INFAS), donde era miembro del Consejo de Asesores.
Este cura social sacaba tiempo de su vida religiosa y variadas
actividades para asuntos aparentemente Intrascendentales como el organizar
libros y documentos, sin embargo, su ejemplo y dedicación explican que las
grandes obras de los hombres son la suma del conjunto de esas aparentes
pequeñas acciones.
Cuando introduje, en mi calidad de miembro del Consejo Directivo
del Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS) una solicitud para donarle
un marcapaso al padre Arango me sorprendió la aprobación unánime y la buena
voluntad de los sectores laborales, patronales y gubernamentales en colaborar
con la salud del padre Arango, además el reconocimiento a su labor. El
Presidente del Consejo en esa época Dr. César Estrella Sadhalá hizo suya mi
petición.
Durante varios meses y en diversas ocasiones remplacé al padre
Arango en la producción del programa radial "CRISTIANISMO AL DIA" que
se trasmitía por Radio Comercial, los domingos en la mañana, él me honró en
confiarme el programa radial que fundó y estimó mucho, al cual tenía una
dedicación para que sirviera de orientación y formación. Solamente sus
problemas de salud podían alejado de ese medio de comunicación social.
Durante algún tiempo fui su colaborador en su programa de
Televisión "REFLEXIONES" que en los últimos años trasmitió por Radio
Televisión Dominicana, que se caracterizó por estar al servicio de la verdad.
Era un programa para buscar un mejor entendimiento entre los hombres y
esclarecer el destino de nuestra sociedad.
En 1983 propuse y así fue aceptado que el padre Arango
trabajara en la orientación de los jóvenes que realizan cursos en el
Instituto Nacional de Formación Técnica y Profesional (INFOTEP). La mayoría de
los que éramos miembros titulares del Consejo Directivo del INFOTEP así lo
aprobamos, sin embargo, por asuntos mezquinos esa decisión fue revocada,
sin que el padre Arango tomara posesión de su cargo, pero considero que fue el
INFOTEP quien perdió el tener un valor como él.
El padre Arango era
exigente en la lectura, orientaba a sus discípulos y amigos a ser selectivos en
el contenido de los libros. El mismo seleccionaba las obras que se debían
divulgar, así lo hizo en la Librería de la JOC, como luego en el MEC, no
admitía que se hiciera negocio, sino brindar orientación en la lectura
selectiva.
Se interesó en
difundir las encíclicas sociales, desde unos primeros folletos que editó el
padre Foyaca, además biografías de personajes importantes en el mundo del
cristianismo social, tanto laicos como religiosos.
Una de las últimas
presentaciones públicas del padre Arango fue en la puesta en circulación de mi
libro titulado: "ELEMENTOS DE DOCTRINA SOCIAL CRISTIANA", acto que se
efectuó en la Biblioteca Nacional, el 20 de octubre de 1987, él hizo una
Invocación, y el admirado amigo Guiseppe Rimoli hizo la presentación de
ese libro; además nos reunimos con un selecto grupo de personas que tenemos
coincidencias en el estudio, conocimiento y difusión de la Doctrina Social
Cristiana.
Como amigo, discípulo
y compañero del padre Arango debo expresar en nombre de mi familia, madre,
esposa, hermanos e hijos (especialmente José Martí y Máximo Gómez, nombres de dos de mis hijos, que tanto les llamaban la atención),
nuestro eterno agradecimiento al padre Arango por sus consejos y orientación,
pero fundamentalmente por su amistad, sus atenciones y el tiempo que dedicó
para visitarnos, comunicarse permanentemente con nosotros, a quien siempre recibimos como uno de nuestra
familia.
Antes de concluir
quiero excusarme de no tratar sobre las actividades del padre Arango como Asesor
del Movimiento Estudiantil de Concientización (MEC), creo que ellos son
valiosos jóvenes que pueden aportar mucha luz de las acciones de él como asesor
de jóvenes estudiantes.
El Padre Arango me
confesó antes de morir, que su mayor pena era irse sin poder visitar a su
querida patria Cuba.
Esta es una forma de
recordar al padre Arango, quién falleció el 3 de mayo de 1988, en Santo
Domingo, y para agradecerle todo lo que hizo por los trabajadores dominicanos
especialmente por los jóvenes.
José Gómez Cerda
Santo Domingo, mayo 2012, en ocasión del 24 aniversario del
fallecimiento del Padre Fernando de Arango.
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