Cena de Confraternidad de la STC
Humberto J. San Pedro |
Miami, 6 de mayo de 2012
En la noche de ayer, día 5 de mayo del 2012, mi esposa Conchita y yo tuvimos el privilegio de asistir a la Cena de Confraternidad de la STC, que se celebra anualmente en conmemoración del 1º de mayo, día internacional de los trabajadores.
Honor que agradecemos a Siro del Castillo y a Marcos Antonio Ramos. El orden en que he mencionado los nombres --es obligado aclararlo-- lo ha determinado la inicial del apellido de los amigos antes mencionados, pues ambos gozan por igual de nuestra admiración y de nuestro incondicional respeto.
PALABRAS DE SIRO DEL CASTILLO EN LA CENA DE CONFRATERNIDAD DE LA STC
Cena de Confraternidad de la STC
Miami, FL, 5 de mayo del 2012.
Estimados amigos, a nombre del Secretariado del la STC
queremos unirnos a nuestra delegación de Miami, para darles la bienvenida a
esta cena de confraternidad que durante tantos años hemos celebrado en
conmemoración del 1ro de Mayo, día
Internacional de los trabajadores, y que nos permite compartir con familiares,
amigos y hermanos de otras organizaciones, momentos de reencuentros, de
memorias pasadas y de franca amistad y solidaridad.
Hace algunos años un buen amigo, dirigente del movimiento
de los trabajadores en un país del Cono Sur, me envió en una tarjeta Navideña
un poema suyo, en el que hablaba sobre una aurora postergada que esperábamos y
por la que luchábamos los trabajadores en América Latina y el Caribe. Poema que
siempre he guardado en mi corazón por su bello mensaje de esperanza en un
futuro mejor.
Hoy me atrevo a compartir con ustedes, que en el corazón
de los trabajadores y el pueblo cubano, también existe una aurora postergada.
Una aurora que se fragua
en su lucha contra una larga
noche de faltas de libertades, de encarcelamientos, de destierros, y un sobrevivir
en la pobreza bajo la penumbra de la desigualdad.
Una aurora en la que nunca, nunca jamás, un cubano empuñe un arma contra otro cubano;
sea la violencia la manera de resolver nuestros problemas; se permita que se
siembre el odio en nuestro pueblo; o se
le quite el preciado don de la vida a un cubano por opinar distinto o querer
defender los valores de la persona humana.
Una aurora en la que nunca más, intereses foráneos intervengan y dictaminen en nuestra realidad nacional.
Una aurora en la
que los trabajadores y las trabajadoras cubanas no sean explotados por sistemas económicos injustos y sus
derechos les sean conculcados.
Una aurora que vuela en las alas del amor, de la esperanza, y la
reconciliación, que entona letras de rebelión y que se anida en espacios
soñados de solidaridad.
Una aurora que se anuncia en cada lucha por la verdad y
se renueva en los esfuerzos por la conquista de la libertad, la justicia y la
paz.
Una aurora donde esa libertad, esa justicia y esa paz tengan por base el reconocimiento de la
dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros
de la familia cubana.
Una aurora donde todo el pueblo cubano tenga el derecho a
perseguir su bienestar personal y su desarrollo espiritual en condiciones de
libertad y dignidad, de seguridad económica y en igualdad de oportunidades.
Hoy como trabajadores y como pueblo nos toca a todos forjar
esa aurora con caminos nuevos.
Hoy más que nunca tenemos que inspirarnos en los
principios y valores fundamentales, de aquellos cubanos de buena voluntad que a
lo largo de nuestra historia, ayudaron a forjar la nación cubana.
Hoy como trabajadores nos toca reivindicar el valor del trabajo, hacer
relampaguear la justicia social y la primacía del bien común y seguir soñando y
luchando por una aurora en la que todos
los derechos humanos sean para todos y cada uno de los cubanos.
Muchas gracias.
Siro del Castillo
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