CRISTINA F. PEREDA / EVA SAIZ: El Senado aprueba la ley que evita la suspensión de pagos en Estados Unidos

NUESTRA OPINIÓN - 16 de octubre de 2013

WASHINGTON

EL SENADOR TED CRUZ RESPONDE A LA PRENSA EN EL SENADO



El fin del cierre de la Administración de Estados Unidos y la posibilidad de que el país eluda la suspensión de pagos antes de la medianoche, parecen un paso más cerca después de que el Senado haya respaldado por 81 votos a favor y 18 en contra, el acuerdo bipartito para poner fin de manera temporal a la parálisis fiscal que atenaza al país y que fue anunciado pasado el medio día de este miércoles. Ahora solo falta el voto de la Cámara de Representantes, que se espera que ratifique el compromiso a lo largo de la tarde, antes de que acabe el plazo para que EE UU no pueda pedir dinero prestado para pagar sus deudas.
Poco después de conocerse el resultado de la votación del Senado, el presidente Barack Obama ha comparecido ante los medios para asegurar que en cuanto tenga la ley en su mesa "la firmará inmediatamente". Tras agradecer el esfuerzo de los líderes demócratas y republicanos en la cámara Alta, Obama ha señalado que mañana hablará de manera más tendida sobre esta situación y ha reiterado su predisposición para trabajar con ambos partidos para conseguir un arreglo fiscal de largo plazo. "Todavía quedan muchas cosas por hacer y yo voy a trabajar para mejorar la situación del país. Espero que el Congreso haga lo mismo", ha señalado el presidente.
El acuerdo del Senado contempla refinanciar al Gobierno federal para que pueda satisfacer todos los servicios públicos hasta el 15 de enero y elevar el límite de 16,7 billones de dólares de deuda de EE UU hasta el 7 de febrero. "Este compromiso va a otorgar a nuestra economía la estabilidad que necesita de manera desesperada. Nunca ha sido fácil para las dos partes llegar a un consenso. En muchas ocasiones ha sido duro, pero esta ver lo ha sido de verdad", ha reconocido el senador demócrata, Harry Reid, el principal negociador quien ha advertido que el país estaba al "límite de un desastre", pero que, finalmente "los adversarios políticos han dejado de lado sus diferencias y desacuerdos para impedir ese desastre".
El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, ha aceptado a primera hora de la tarde de el acuerdo bipartito del Senado. "Bloquear el acuerdo bipartito alcanzado hoy por los miembros del Senado no es la táctica que debemos emplear", ha señalado Boehner a través de un comunicado. "Además del riesgo de una suspensión de pagos, oponerse supondría abrir la puerta a la mayoría republicana en Washington que quiere elevar los impuestos y deshacer los recortes que ya pactamos en 2011", se justifica.
Después de un esfuerzo denostado por impedir que la Cámara de Representantes votara cualquier tipo de compromiso que pudiera venir del otro lado del Capitolio, las palabras de Boehner abrieron una puerta a la esperanza de que el pacto fuera sometido a votación antes de que finalice el día, la fecha límite fijada por el Departamento del Tesoro para que Estados Unidos entre en suspensión de pagos.
Boehner ha liderado una cruzada para impedir que en las negociaciones para acabar con la crisis fiscal se impusiera la visión de la Casa Blanca, llegando a elevar el tono beligerante aludiendo a la negativa de los republicanos a "rendirse", ha dado su brazo a torcer. Minutos antes de emitir la nota de prensa, reconocía ante una emisora de radio su derrota en la lucha por el presupuesto. "Dimos la batalla correcta, pero hemos perdido".
“The House has fought with everything it has to convince the president of the United States to engage in bipartisan negotiations aimed at addressing our country's debt and providing fairness for the American people under ObamaCare. That fight will continue. But blocking the bipartisan agreement reached today by the members of the Senate will not be a tactic for us. In addition to the risk of default, doing so would open the door for the Democratic majority in Washington to raise taxes again on the American people and undo the spending caps in the 2011 Budget Control Act without replacing them with better spending cuts. With our nation's economy still struggling under years of the president's policies, raising taxes is not a viable option. Our drive to stop the train wreck that is the president's health care law will continue. We will rely on aggressive oversight that highlights the law's massive flaws and smart, targeted strikes that split the legislative coalition the president has relied upon to force his health care law on the American people.” - See more at: http://www.speaker.gov/press-release/statement-bipartisan-senate-agreement-reopen-government-avoid-default#sthash.MtifIIQD.dpufLos líderes demócrata y republicano del Senado de Estados Unidos anunciaron un acuerdo este miércoles para reabrir la administración y extender los presupuestos federales hasta el próximo mes de enero. El pacto, todavía pendiente de votación en ambas Cámaras, evitaría la amenaza de la suspensión de pagos, una medida sin precedentes en la historia de la nación."Este compromiso va a otorgar a nuestra economía la estabilidad que necesita de manera desesperada. Nunca ha sido fácil para las dos partes llegar a un consenso. En muchas ocasiones ha sido duro, pero esta ver lo ha sido de verdad", ha reconocido el senador demócrata, Harry Reid. El principal negociador quien ha advertido que el país estaba al "límite de un desastre", pero que, finalmente "los adversarios políticos han dejado de lado sus diferencias y desacuerdos para impedir ese desastre".La Casa Blanca afirmó esta tarde que el presidente, Barack Obama, confía en que el acuerdo bipartito del Senado logre terminar con la parálisis del Gobierno y evitar que el país entre en suspensión de pagos. Aún así, según el portavoz Jay Carney, no confían al 100% en que el pacto reciba el respaldo del Congreso. "Simplemente estamos aplaudiendo el esfuerzo de los senadores", ha indicado Carney.
A lo largo de la mañana, diversas fuentes parlamentarias adelantaron que la primera votación del acuerdo se celebraría en la Cámara de Representantes, a pesar de que el texto ha sido elaborado en el Senado. Esta decisión obedece a las reglas de procedimiento de la Cámara de Representantes, de manera que no haya que esperar 30 horas entre un voto y otro. De salir adelante, el acuerdo sería enviado de vuelta al Senado para su ratificación y posterior firma por el presidente.
La Casa Blanca también ha respaldado el acuerdo bipartito a través de un comunicado en el que señala que "la disposición supone un compromiso bipartito para reabrir la Administración y eliminar la amenaza de una suspensión de pagos que sólo perjudicaría a las familias de clase media, a las empresas estadounidenses y a la fortaleza de la economía de la nación en el mundo". La presidencia se compromete a trabajar con los miembros del Capitolio en un presupuesto general para el próximo ejercicio. La Casa Blanca ha conseguido, además, que no se retrase en un año la entrada en vigor de una parte substancial de la reforma sanitaria.
Esta concesión supone una derrota para los republicanos. “Nos encontramos unas migajas y al final hemos dejado una comida completa sobre la mesa”, concedió el senador republicano Lindsey Graham. “Han sido dos semanas realmente malas para el Partido Republicano.
El líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, principal negociador de las filas conservadoras, declaró tras el anuncio del acuerdo que ha luchado por sus compañeros y que "se ha conseguido recortar el gasto", como pretendía el Partido Republicano.
El senador McConnell se ha visto obligado a contrarrestar en el Senado la estrategia de sus compañeros de la Cámara, presionados por miembros del Tea Party como Ted Cruz. Éste, convertido en uno de los grandes derrotados de la jornada, aseguró que "el Senado se niega a escuchar al pueblo americano”, pero que no se plantea bloquear el acuerdo alcanzado a pesar de que votará en su contra.
Las conversaciones, muy similares a las que pusieron a EE UU al borde de la suspensión de pagos en el verano de 2011 y diciembre de 2012, giran en torno al límite de endeudamiento del gobierno federal, el presupuesto -el Congreso no ha aprobado ninguno de los propuestos por Obama desde que llegara a la Casa Blanca- y la financiación de determinados programas sociales.
En esta última ronda de negociaciones, la facción más conservadora del Partido Republicano, el Tea Party, ha logrado condicionar cualquier pacto a que se aprueben cambios en diversas leyes afectadas por la reforma sanitaria, conocida ya como Obamacare. El presidente se ha negado hasta ahora a negociar cualquier propuesta que incluya estos cambios, forzando a los legisladores a buscar otras soluciones.

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