Humberto J. San Pedro Editor Raras veces escucho la radio, me agobian los comerciales. Pero hoy --manejando rumbo a casa-- sintonicé la 106.7 FM. Una locutora, entre canción y canción, adelantaba anuncios que se producirían más adelante en la trasmisión. Habló de Carlos Vives y, creo, un próximo concierto suyo en Miami y de otras muchas cosas, hasta que llegó al anuncio –hecho con tono sensacionalista—de que al grupo cubano “Gente de Zona”, le habían sido retiradas las Llaves de la Ciudad de Miami. No bien llegué a la casa, me vine a la computadora y realicé una investigación exhaustiva del cómo y los porqués de la entrega y retirada de las llaves. Y les digo, con entera honestidad, que mi capacidad de asombro quedó una vez más superada. A pesar de que tengo una edad, 72 años, que, de ellos, viví 7 bajo la dictadura de Fulgencio Batista --con 2 de insurrección incluidos. Qué, a renglón seguido, experimenté los azares de, la así llamada, Revolución Cubana, durante 43 y q...
Al ver esta concentración, las arengas y los gritos enardecidos de las masas me vienen a la mente recuerdos de hace más de medio siglo, cuando en La Habana, en la Plaza Cívica para más detalle, Fidel Castro reunía a las masas para arengarlas y adoctrinarlas como si fuesen marionetas que no piensan. Eso mismo veo que está pasando en Venezuela. El camino es muy conocido y esperemos que el resultado no sea el mismo pero, como decía mi madre cuando veía por televisión las concentraciones en La Habana: “Las masas son muy peligrosas porque las masas no piensan.”
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