MARCOS ANTONIO RAMOS: CAMBIO DE GUARDIA EN EL CARIBE
Diario Las Americas
Publicado el 06-16-2012
Cambio de guardia en el Caribe
Los probables cambios en México, el probable reemplazo de un gobierno del Partido Acción Nacional (PAN) por otro del Partido Revolucionario Institucional (PRI) atrajeron la atención la semana pasada. Mientras se espera el resultado de los comicios mexicanos de Julio 1 no deben olvidarse otros acontecimientos en nuestra propia región, la cuenca del Caribe.
Se ha producido un importante cambio de guardia en la región caribeña. La victoria de Danilo Medina Sánchez en Santo Domingo incide grandemente en el ambiente dominicano. Algunas predicciones alarmistas sobre lo que sucedería no se convirtieron en realidad y el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) logró mantenerse en el poder sin incidentes comparables a los ocurridos en algunos comicios del pasado. En cualquier caso no debe ser esta una hora de recriminaciones y agravios sino de unidad, difícil de alcanzar en el país. No puede intentarse entender el futuro inmediato de República Dominicana sin tener en cuenta que serán muchos los cambios que pudieran producirse en nuestra región considerada como un todo. Las próximas elecciones venezolanas ocuparán los espacios informativos, como ya sucede con la enfermedad del presidente Hugo Chávez. Un cambio de guardia en Caracas repercutiría en todo el Caribe. Si por alguna razón Chávez no continúa en el poder su sucesor tendrá que enfrentar los gravísimos problemas que heredará. Reemplazar al actual gobernante será ocupar un trabajo complicado debido a la polarización y a las ramificaciones del experimento chavista en países que dependen de los envíos de petróleo a bajo costo, y a la influencia que La Habana ejerce actualmente en Venezuela. En Puerto Rico, los esfuerzos reeleccionistas del gobernador Luis Fortuño del Partido Nuevo Progresista (el PNP anexionista), el intento de regresar al poder del Partido Popular Democrático (el PLD “estadolibrista”) y los planes para celebrar un plebiscito sobre el status del país y su relación con Estados Unidos abrirían la puerta a decisiones que afectarían el futuro de la región. Retomando el tema dominicano, es importante señalar que el nuevo Presidente, que tomará posesión el 16 de agosto, representa la llegada al poder de un sector del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) que intentó obtener la candidatura presidencial para Medina en las elecciones del 2008 después de haberla conseguido en el 2000, año en que fue derrotado por Hipólito Mejía del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), quien gobernó del 2000 al 2004. Después de tres períodos de gobierno (1996-2000, 2004-2008 y 2008-2012), el Presidente Leonel Fernández, que triunfó sobre José Francisco Peña Gómez en el 1996, sobre Mejía en el 2004 y sobre Miguel Vargas Maldonado en el 2008 le brindó en el 2012 un gran apoyo a la aspiración de Medina. Esos datos nos revelan la perseverancia de Medina, un notable político dominicano que será juramentado en pocas semanas y a quien le corresponderá no sólo reemplazar a su correligionario y líder de su partido, un estadista reconocido dentro del territorio nacional y en el ámbito continental, que ha contribuido a la modernización del país a pesar de cualquier crítica que, lógicamente, se haga a su larga gestión. El presidente Medina tendrá que enfrentar problemas que se han ido acumulando durante este período y los anteriores. La cadena causal es larga y no se detiene en una fecha en particular. Medina nació en la región de San Juan de la Maguana en 1951 y sus primeras actividades públicas tuvieron relación con grupos de jóvenes cristianos y con el Frente Revolucionario Estudiantil Nacionalista en la Universidad de Santo Domingo. Esas primeras luchas se desarrollaron sobre todo durante la era llamada por muchos “el gobierno de los doce años de Joaquín Balaguer” (1966-1978) en los cuales se manifestaban gran agitación estudiantil y conflictos entre sectores que oscilaban desde “la banda colorada” de partidarios del gobierno hasta los sectores más radicales. Debe aclararse la diferencia ese difícil período y el regreso del ilustre polígrafo y estadista Balaguer al poder entre 1986 y 1996 en que prevaleció un ambiente distinto . Inspirado por su líder político, el profesor Juan Bosch, Medina inició una carrera importante dentro del PLD. En 1986 fue elegido a la Cámara de Diputados, la cual presidió en 1994. Cuatro años atrás había sido elegido al Comité Político del PLD junto a Leonel Fernández y Juan Temístocles Montás, figuras jóvenes que estaban destinadas como Medina a ejercer influencia en los cambios que ocurrirían en el PLD después de la derrota de Bosch en 1990. Esas elecciones y las de 1994 causaron polémica ya que en 1990 se produjo casi un empate entre Joaquín Balaguer y Juan Bosch y en 1994 una situación similar entre Balaguer y Peña Gómez. Acusaciones de fraude y negociaciones caracterizaron esos años finales de la ejecutoria de Balaguer. En 1996, con el apoyo de ese gobernante, Fernández fue elegido presidente y Medina fue uno de los estrategas y negociadores del PLD, que logró instalarse entonces en el monumental y esplendoroso Palacio Nacional, construido en la Era del Generalísimo Trujillo. Con el regreso de Fernández al poder (2004), Medina ocupó por dos años la Secretaría de la Presidencia, cargo que contribuiría a prepararle para gobernar. Sus estudios de economía en el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), sus actividades dentro del PLD y los cargos ocupados son credenciales que exhiben capacidad. También su compañera de candidatura la actual primera dama Margarita Cedeño de Fernández, la nueva vicepresidenta dominicana, es una figura con arraigo popular y con un desempeño apreciable en asuntos políticos y sociales del país. Su candidatura demostró un interesante grado de unidad en el PLD, no siempre visible en la historia de los partidos políticos dominicanos. A esa unidad puede atribuirse en parte el triunfo del PLD. Semanas antes de las elecciones, después de un recorrido por el Cibao con mis viejos amigos el senador y gran intelectual José Rafael Vargas y el activo y muy eficiente cónsul en Miami Manuel Almánzar, quedé convencido, como le expresé al periodista cubano dominicano Daniel Raimundo, con quien comparto una gran admiración por el médico y político quisqueyano Luis Campillo y su digna esposa, que se había logrado cierta unidad esencial en el PLD y sus aliados. Esa fue también la impresión que recibí de otros amigos como José Ricardo Taveras, actual director de inmigración y reconocido parlamentario y el politólogo mocano Luis Taveras, entre otros. El PLD fundado por Bosch ha evidenciado un sano pragmatisimo al intentar moverse de la izquierda al centro. Como es evidente, sus relaciones con EE.UU., han sido favorecidas por la presencia en la cancillería del eminente estadista Carlos Morales Troncoso, antiguo vicepresidente con Balaguer, y líder del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) , que representa históricamente el conservadurismo en el espectro político dominicano. En las próximas semanas se irá conociendo la composición de la administración Medina. Nuevas figuras serán designadas para el gabinete y otras posiciones, pero seguramente serán utilizados en diversas actividades algunos de los actuales funcionarios. El país tiene ante sí los problemas con el narcotráfico y la criminalidad que se unen a dificultades como la crisis económica y la corrupción, las cuales, como en otros países de la región, constituyen retos impresionantes. El nuevo presidente es un hombre con el prestigio y la honorabilidad de su vida pública y privada, así como los principios evangélicos que aprendió en su juventud. Para el nuevo mandatario la obligación es la de realizar los cambios necesarios. Además de intentar perfeccionar la labor de su predecesor, como ha afirmado reiteradamente, puede hacer que la República Dominicana no sea afectada desfavorablemente por los cambios que se esperan en la región caribeña. Esa patriótica tarea es mucho más importante que apasionadas discusiones entre partidos y candidatos. |
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