PUNTOS DE VISTA: Jaime Ortega, un controvertido cardenal por defender la labor social de la Iglesia
Jaime Ortega, un controvertido cardenal por defender la labor social de la Iglesia
José Aurelio Paz
La Habana, martes, 12 de junio de 2012 (ALC) - “Palos porque bogas y palos porque no bogas”, pudiera ser el refrán aplicable a la actual situación del cardenal Jaime Ortega Alamino, arzobispo de la Archidiócesis de La Habana, quien todavía es atacado por la parte más dura del exilio cubano de Miami, a raíz de sus declaraciones hechas en la Universidad de Harvard, a finales de abril pasado, cuando pareciera que su mayor “pecado” es haber asentado una metodología de diálogo crítico, desde las normas de respeto, entre el Gobierno de la Isla y la Iglesia.
Ortega había calificado, durante su conferencia en Harvard, de “delincuentes” al grupo de 13 personas que ocuparon un templo habanero antes de la visita papal a Cuba y se hacían llamar opositores, y negó que hubieran sido sacados por la fuerza del sitio, lo cual dio lugar a que sectores del exilio afirmaran que no estaba cumpliendo “con el mandato de Dios”.
Ahora el suplemento digital de una publicación católica de la Isla, Espacio Laical, publica una especie de “dossier” de variopintas opiniones, y califica de tergiversaciones intencionadas la manipulación de esas palabras, sacadas del contexto en que fueron dichas, mientras pretende defender la postura del cardenal cubano.
Carmelo Mesa-Lago, profesor emérito de la Universidad de Pittsburgh, ratifica su apoyo a los programas que ha emprendido la Iglesia Católica en su apertura de espacios de diálogo respetuoso entre los cubanos de la Isla y los de la diáspora, en la búsqueda de un consenso de ideas, teniendo presente las reformas económicas que se producen en Cuba.
Por su parte, Espinosa Chepe, ex preso político y opositor al Gobierno, agradece el apoyo de la Iglesia y, en especial, de Ortega a los familiares de los presos, además de reconocer la participación en el debate nacional de las revistas Espacio Laical y Palabra Nueva.
Aurelio Alonso, sociólogo y subdirector de la revista Casa de las Américas, se ha manifestado a favor de las acciones legítimas que el Estado ha reconocido, una de las razones por las cuales grupos de exiliados la hayan arremetido contra la institución de la cual Ortega forma parte. “Yo lo sintetizaría diciendo que el proceso de recuperación que se producía desde en los ’90, en la vida religiosa cubana, en sentido general, significaba para el catolicismo el rescate de un peso institucional en sintonía con el sistema político-social. Es decir, desde su especificidad, y sin que ello representara sub-alternación, claudicaciones doctrinales, ni renunciaciones (son) caracterizables con los entendimientos que pueden darse entre una Iglesia que sustenta sus posiciones en su propia doctrina social y el Estado socialista.”
Según el suplemento, también la miembro principal del Centro Nelson y David Rockefeller, de Washington DC, Julia Sweig, considera a Ortega como creador de un espacio para el debate y el diálogo en Cuba, no solo de implicación para los católicos, sino para la sociedad toda; y Arturo López-Levy, investigador asociado de la Universidad de Denver, Colorado, plantea que esa es la razón de que los sectores radicales del exilio cubano hayan acudido a la descalificación, la mentira y la organización de provocaciones, con el único propósito de enrarecer el ambiente, a fin de que las posiciones moderadas y dialogantes no puedan dar resultados positivos.
Para Peter Hakim, director emérito de Diálogo Interamericano, si bien considera algunas declaraciones de Ortega en Harvad, de “desafortunadas”, considera que no es menos cierto que se trata de un hombre extraordinario que ya ha contribuido, de manera importante, a las transformaciones que se llevan a cabo en Cuba.
Entre otro grupo de declaraciones que integran ese intento de dossier, Julia Sweig ha comentado que “Desafortunadamente, en el contexto del debate en Estados Unidos acerca del futuro de Cuba, el término “sociedad civil” se ha convertido en sustituto de una agresiva versión ideológica y partidista del anticomunismo. Para aquellos quienes solo quedarán satisfechos con una versión cubana de la des-Baathificación, o una revisión radical –incluso violenta– del modelo político, económico y social de Cuba, las únicas voces o instituciones legítimas de la sociedad civil dentro de Cuba son los que usan orgullosamente y a voz en cuello el manto de la oposición al régimen.”
A tenor de esta discusión en torno a la línea pastoral impulsada por el cardenal Ortega y la Arquidiócesis de La Habana, la propia publicación se pregunta si, más allá de las legítimas discrepancias que existen en torno a sus declaraciones en Harvard, ¿resulta aceptable juzgar los 30 años de liderazgo del cardenal Ortega a la luz de esos cinco minutos dentro de su comparecencia?”
FUENTE: Suplemento digital Nro.182 de Espacio Laical
------------------------
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación (ALC)
Edición en español: Combatientes de Malvinas 1230, 3190 La Paz, Entre Ríos, Argentina
Comentarios
Publicar un comentario