A lo largo de los dos meses que
Hugo Chávez lleva en el Cimeq de La Habana, el presidente venezolano ha pasado por varias crisis.
La crisis más grave es la que le puso al borde de la muerte a finales de diciembre.
Tras la operación del día 11 de diciembre y la grave infección pulmonar que le siguió,
Chávez llegó a los días de Navidad en estado crítico. Con constante alta fiebre y sin reacción a los antibióticos, la vida del dirigente bolivariano se encontraba
al borde del completo colapso.
El 31 de diciembre el Gobierno se preparaba para lo peor. Ante las festividades del Año Nuevo, se pospuso cualquier decisión hasta el día 3 de enero. Para esa fecha se había convocado una reunión en La Habana de los principales dirigentes chavistas, así como del círculo familiar más estrecho,
según comunicaron entonces a ABC fuentes en contacto con el equipo médico.
Con Chávez en coma inducido la mayor parte del tiempo, los médicos fueron informados de que tras las festividades se discutiría una posible desconexión del paciente en el caso de que su muerte se diera ya por inevitable.
En ese contexto, en Nochevieja corrió con fuerza el rumor del fallecimiento del presidente venezolano. Hasta dos servicios secretos de otros países se hicieron eco en esas horas, en la comunicación con sus respectivos gobiernos, de la posible muerte de Chávez.
El Departamento de Estado norteamericano estaba al tanto de esa versión. Incluso había detalles: el dirigente bolivariano había sido
supuestamente desconectado a las 5:11 horas y, se decía, había fallecido a eso de las 11. Se aseguraba que la defunción había sido incluso certificada en persona por
Cilia Flores, Procuradora General de la República Venezolana y esposa del
vicepresidente Nicolás Maduro.
En esa larga noche de urgentes comunicaciones, ABC no pudo constatar qué de cierto había
sobre el supuesto colapso del presidente, aunque tenía confirmación de que su situación era muy grave.
Tratándose de una noche festiva, gran parte del personal habitual a cargo de Chávez se encontraba fuera del Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas de La Habana, por lo que no fue posible verificar detalles.
Llegado el 3 de enero, en medio de la visita precipitada de varios mandatarios afines, a los que no se dejó ver al dirigente bolivariano, la familia del presidente decidió seguir apostando por una recuperación. Eso a pesar de que el margen de vida que le quedaba al paciente era mínimo, pues los médicos informaban del imparable avance del cáncer.
La apuesta se ha demostrado correcta en el sentido de que Chávez ha logrado superar la feroz infección, pero ha sido al precio de
prolongar los fuertes dolores que sufre, ganando probablemente solo unas semanas de vida.
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