VICENTE ECHERRI: Danza macabra
Siento discrepar con el entusiasmo que mis lectores puedan tener por la fecha de hoy: los truculentos y macabros disfraces con que suele celebrarse Halloween y que tanto divierten a niños y adultos. Hay en la fiesta una exaltación obscena de lo grotesco, que parece acentuarse cada año por la iniciativa de toda una industria dedicada a ese fin. Aunque no crea que los demonios anden sueltos, evito salir a la calle en este día y me repugnan los desfiles de monstruos. Tampoco suelo abrirles la puerta a los niños que vienen buscando caramelos. Los niños me son muy simpáticos, pero sucede que siempre se me olvida comprar los caramelos y temo decepcionarlos, sobre todo porque no es verdad que tengan reservada alguna travesura (el trick ) para los que no les den nada, nunca cuentan con esa posibilidad. Un día, hace años, extremando mi crueldad, le dije a un bando de brujitas y gnomos a la puerta de casa: “ There is no treat, where is your trick? ” Y casi me muero de pena al advertir su d