Historia de Belker
Humberto San Pedro
12 de febrero de 2012
Esta tarde recibí un correo electrónico de mi hija mayor con la historia que a continuación comparto con ustedes:
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Belker |
Examine a Belker y descubrí que estaba muriendo de cáncer. Les dije a su familia que no podíamos hacer ya nada por Belker, y me ofrecí para llevar cabo el procedimiento de eutanasia en su casa.
Hicimos los arreglos necesarios, Ron y Lisa dijeron que sería buena idea que el niño de 6 años, Shane observara el suceso. Ellos sintieron que Shane podría aprender algo de la experiencia.
Al día siguiente, sentí la familiar sensación en mi garganta cuando Belker fue rodeado por la familia. Shane se veía tranquilo, acariciaba al perro por última vez, y yo me preguntaba si él comprendía lo que estaba pasando. En unos cuantos minutos Belker se quedó dormido pacíficamente para ya no despertar.
El pequeño niño pareció aceptar la transición de Belker sin ninguna dificultad o confusión. Nos sentamos todos por un momento preguntándonos el porqué de el lamentable hecho de que la vida de las mascotas sea mas corta que la de los humanos.
Shane, que había estado escuchando atentamente, dijo: ''yo sé porqué.''
Sorprendidos, todos volteamos a mirarlo. Lo que dijo a continuación me maravilló, nunca he escuchado una explicación mas reconfortante que ésta. Este momento cambio mi forma de ver la vida.
El dijo,''la gente viene al mundo para poder aprender como vivir una buena vida, como amar a los demás todo el tiempo y ser buenas personas, verdad?''
''Bueno, como los perros ya saben cómo hacer todo eso, pues no tienen que quedarse por tanto tiempo como nosotros.''
La moraleja es
Si un perro fuera tu maestro, aprenderías cosas como:
Cuando tus seres queridos llegan a casa, siempre corre a saludarlos.
Nunca dejes pasar una oportunidad para ir a pasear.
Deja que la experiencia del aire fresco y del viento en tu cara sea de puro Éxtasis.
Toma siestas.
Estírate antes de levantarte.
Corre, brinca y juega a diario.
Mejora tu atención y deja que la gente te toque.
Evita morder cuando un simple gruñido sería suficiente.
En días cálidos, recuéstate sobre tu espalda en el pasto.
Cuando haga mucho calor, toma mucha agua y recuéstate bajo la sombra de un árbol.
Cuando estés feliz, baila alrededor, y mueve todo tu cuerpo.
Deléitate en la alegría simple de una larga caminata.
Sé leal.
Nunca pretendas ser algo que no eres.
Si lo que quieres está enterrado, escarva hasta que lo encuentres.
Cuando alguien tenga un mal día, quédate en silencio, siéntate cerca y suavemente hazles sentir que estás ahí.
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