MARCOS ANTONIO RAMOS: "LA FUERZA POLÍTICA" Y UN AMBIENTE ELECTORAL

Dr. Marcos Antonio Ramos con Don Enrique Ros

“La Fuerza Política” y un ambiente electoral

Por Marcos Antonio Ramos

No parece prevalecer otro tema sino el de las elecciones. Las conversaciones y comentarios más frecuentes oscilan entre el resultado de las elecciones venezolanas, los debates presidenciales y vicepresidenciales en EE.UU., y el rápido, aunque pequeño, cambio en las encuestas. En medio de todo eso, acaba de salir de la imprenta el cuarto volumen de “La Fuerza Política del Exilio Cubano” del historiador y politólogo Enrique Ros. Ese importante trabajo de investigación y divulgación ya está a la venta, pero su presentación y puesta oficial en circulación se hará en breve, después de las elecciones de noviembre. El ambiente electoral es apasionante, sobre todo ahora que los sondeos de opinión pública revelan que los candidatos republicano y demócrata cuentan aproximadamente con el mismo apoyo en el electorado. Todo lo que se relacione con la política electoral es de actualidad y merece atención.

Por utilizar el lenguaje de los antiguos viajes de exploración del continente americano, el historiador Ros se ha convertido, por derecho propio, en el Gran Adelantado que ha ido descubriendo los aspectos fundamentales del acontecer político del exilio cubano en el entorno estadounidense, tanto local, como estatal y federal. Y eso debe interesarnos a todos.

Como señala el ilustre autor del prólogo de este tomo, el Reverendo Martín Añorga: “De nuevo Enrique Ros nos asombra con un libro sobre la historia del exilio…es impresionante la habilidad de nuestro admirado y querido compatriota para hundirse en los vericuetos del ayer y presentarnos sus hallazgos para iluminarnos el hoy en que vivimos…”

Aunque prefiero dejar para la fecha que señale el Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos de la Universidad de Miami una amplia reseña impresa y la presentación pública del libro, considero apropiado aprovechar la vasta experiencia de Ros para aproximarnos con sus datos al ambiente electoral que nos va envolviendo gradualmente.

En este cuarto tomo de su obra, el historiador cubre los aciertos y errores de funcionarios públicos sobre todo del entorno local y estatal. No se trata simplemente de un catálogo de alabanzas o de críticas interesadas sino de una presentación minuciosa y clara de realidades que no pueden ocultarse ni dejar de resaltarse. Como ha hecho con sus magníficos estudios de historia de Cuba y de otros aspectos del exilio que no son los puramente electorales, Ros logra demostrar lo mucho que ha avanzado el exilio cubano. En sus propias palabras, los cubanoamericanos han pasado de “…de simples espectadores a comisionados, alcaldes, congresistas y senadores federales…”

Como los otros cuatro volúmenes, este tomo, que cubre desde el derribo de las avionetas de “Hermanos al Rescate” hasta el pacto migratorio, así como el debate entre Jorge Más Canosa y Ricardo Alarcón y entra en el tema de elecciones y boletas ausentes, que no se inició precisamente en el 2012, nos recuerda como la fuerza del exilio cubano en la política local pudiera decirse que comenzó con la promulgación de la Ley de Ajuste Cubano y la elección de Roberto King High como Alcalde de la Ciudad de Miami”, asuntos que cubre en otro tomo.
 

El material que analiza en este cuarto volumen va mucho mas allá, logrando hasta describir enfrentamientos dolorosos que “no dignifican en modo alguno el beneficio del trabajo que realizaba la mayoría de nuestros representantes políticos”, mientras anuncia además la continuación de ese análisis en el volumen cinco que pronto será publicado. En relación con algunas conductas, el autor señala en un artículo que “El creciente poder de la política en manos hispanas, nos llevó a cometer infracciones y delitos que, aunque vergonzosos, no mancharon, repetimos, la brillante labor realizada por otros cubanos, la inmensa mayoría, que dignificaron con su actuación, que desempeñó con
 decoro y que prestigió al exilio cubano…”

Ros describe el enfrentamiento de distintos aspirantes a cargos electivos y los debates sobre el impuesto a la gasolina de los distintos aspirantes a la alcaldía del Metro, así como escándalos producidos con la iniciativa presentada sobre el tema de la Isla de Watson. Como han transcurrido ya unos cuantos años deben tenerse en cuenta las lecciones aprendidas con esos acontecimientos del pasado.

Es alentador que Ros haya logrado hacer una presentación no partidista en un ambiente que a veces parece altamente polarizado. Y estas elecciones presidenciales, que no forman parte del contenido del libro, pudieran ser un buen ejemplo, algo que merece ser estudiado en el futuro por un investigador con la seriedad y el rigor que caracterizan a Enrique Ros. La razón principal es que la comunidad exiliada ha ido transformándose en aspectos fundamentales por la llegada de una importante y nueva corriente de emigrados cubanos, lo cual coincide con cambios generacionales apreciables y que, me atrevo a señalar, marcarán cambios significativos en actitudes y preferencias, como sucede en otras geografías y otros grupos étnicos.

Independientemente de las tendencias del futuro, esas nuevas generaciones y esos nuevos exiliados, o residentes cubanos, si preferimos tal vocabulario, necesitan estudiar en libros como los de Ros para aprender de los logros alcanzados y de los inevitables errores ocasionales en el ambiente electoral. Se trata de un enorme sector que no se ha desarrollado en este medio bajo la influencia determinante, a veces abrumadora, de acontecimientos del pasado, relacionados tanto con Cuba como con el acontecer político norteamericano, el cual se caracteriza por constantes cambios.
 

Vivimos en una era de pluralismo político que necesariamente, aunque no siempre para bien, incidirá en las futuras actitudes de votantes y de políticos. Aún así, un grave problema sería desconocer el pasado. Los nuevos votantes necesitan entender que esta fuerza política exiliada no se inició en el vacío sino que ha ido desarrollándose en medio de acontecimientos que tienen relación con las luchas por la Alcaldía de Miami y del Condado y con problemas con la votación que no empezaron con los que han sido relatados por la prensa desde hace unas semanas sino que tienen raíces en el pasado.

Sería incorrecto desconocer los problemas, los enfrentamientos y los escándalos. Afortunadamente, Ros ha entrado en esos temas en forma valiente, pero equilibrada y justa, preparando el camino para los otros volúmenes que nos permitirán entender mejor el momento presente con sus dificultades, pero también con sus notables logros.

Como anticipé que no se trataba específicamente de una reseña del libro, meta que intentaré alcanzar dentro de unas semanas, me propongo finalizar este artículo con algo de actualidad. Ante nosotros un proceso comicial importante, un enfrentamiento entre dos filosofías claramente contrarias a pesar de las lógicas limitaciones de los candidatos que se enfrentarán en las urnas, sobre todo en cuanto a definir en forma creíble los aspectos fundamentales de las mismas. No es tarea fácil. Comparecer ante la opinión pública es sumamente difícil ante la variedad de temas y los posibles problemas planteados al proponer soluciones a asuntos que muchas veces escapan de las posibilidades reales de un gobernante.

Los nuevos estudiosos que escojan la senda que nos ha trazado admirablemente Enrique Ros con sus libros, analizarán en sus futuros trabajos de investigación algo que ahora sólo podemos vislumbrar de lejos y con sus inevitables matices, es decir, el porvenir, que si acaso lo podemos anticipar en términos muy generales.

Ninguna comunidad puede estar indefinidamente inclinada a un solo partido, una sola ideología o un tipo exclusivo de líder político, muchos menos favorecer incondicionalmente a quien pretenda engañarnos con sus dudosas credenciales de “incorruptible” al estilo de Maximiliano Robespierre o algo parecido. Es por ello que la profundidad y balance de este cuarto volumen y de toda la obra de Ros sobre “La fuerza política del exilio cubano” merecen ser recibidos con aclamación y confianza.
http://aa.static.facdn.com/v/img/1x1.gif



Comentarios

Entradas más populares

LA PIRAMIDE DE MASLOW Y LA SITUACION CUBANA

EN MEMORIA DEL PADRE FERNANDO ARANGO

Marcos Antonio Ramos | Algo sobre el ecumenismo de hoy

Fallece en Santo Domingo el Hermano Alfredo Morales

Siro del Castillo: exilio, entrega y colores

UN EVENTO QUE NO DEBE SER OLVIDADO: Primer Congreso Nacional Católico de Cuba

HISTORIA DE CUBA | Perucho Figueredo y su verdadera fecha de nacimiento

POLITICA HACIA CUBA | Donald Trump: ¿Cambios en la política hacia Cuba? Por: Nicanor León Cotayo

PUNTOS DE VISTA: EL MEDIO ORIENTE Y NOSOTROS