MARCOS ANTONIO RAMOS: EE.UU: Las extrañas elecciones del 2012
Marcos Antonio Ramos, nuestro columnista insignia y amigo entrañable, luce con satisfacción y orgullo la "Medalla Lasallista", así como los pines "DLS" y "UMAEL", que le fueron entregados durante un almuerzo en el restaurante Havana-Miami el pasado jueves, 20 de septiembre de 2012.
El almuerzo sirvió de marco para otorgarle al Dr. Ramos la condición de "Lasallista Honorario".
¡Nuestra felicitación para Tony y nuestro reconocimiento a la Asociación de Antiguos Alumnos de la Salle por tan hermosa iniciativa!
Diario Las Americas
Publicado el 09-22-2012
Publicado el 09-22-2012
EE.UU: Las extrañas elecciones del 2012
A pesar de varios reveses, la campaña del gobernador Mitt Romney se mantiene activa y optimista, sin olvidar los muchos obstáculos que debe superar para alcanzar el triunfo. Por su parte, la campaña reeleccionista del presidente Barack Obama se intensifica. Llueven las encuestas y los comentarios de unos y otros. Es demasiado temprano para tener una idea clara acerca de lo que sucederá el 6 de noviembre. Pudiera ser el Colegio Electoral y no el voto popular nacional el encargado de decidir quién será el próximo ocupante de la Casa Blanca. Muchas veces coinciden los resultados del voto popular y los del Colegio Electoral de 538 compromisarios. Si un candidato triunfa por un sólo voto popular en un estado, generalmente obtiene una cantidad de “votos electorales” o de “compromisarios” equivalente a la suma de los dos senadores y el número de congresistas federales que corresponden a cada estado. La Florida, con dos senadores y 27 congresistas, cuenta con 29 votos electorales. Las encuestas mas importantes son las que se concentran en estados claves y no tanto las que reflejan tendencias nacionales que cambian de día en día en los “tracking polls”.
La larga historia del ElectoralCollege o Colegio Electoral es interesante. Entre otros incidentes notables resaltan varios casos en los que candidatos presidenciales llegaron a la Casa Blanca sin una mayoría del voto popular. Resaltan los casos de Rutherford Hayes en 1876, Benjamin Harrison en 1888 y George W. Bush en el 2000. Su victoria se debió únicamente a una mayoría en el Colegio Electoral. En el caso del Presidente Bush (hijo), algo más de 500 votos populares de ventaja en la Florida, estado en el que votaron millones de personas, le concedieron este estado al triunfador, que alcanzó la Presidencia con sólo 271 de los 538 votos del Colegio Electoral, lo cual era suficiente a pesar de que su oponente demócrata obtuvo 539,000 sufragios mas que él en el voto popular a nivel nacional. No anticipo que eso suceda necesariamente en el 2012, aunque es siempre posible y la “mecánica” del Colegio Electoral este año es demasiado curiosa como para pasarla por alto.
Con el aumento de población de Texas, que cuenta ahora con 38 votos electorales, superada únicamente por los 55 de California, y con ligeros aumentos en otros estados tradicionalmente conservadores, era de esperarse que el Colegio Electoral favoreciese este año al Partido Republicano. Pero el aumento de población coincidió con una nueva demografía en cuanto a grupos étnicos, comunidades con mayor crecimiento gracias a nacimientos, inmigración y otros factores. En cualquier caso, cualquiera de los dos candidatos de los partidos principales pudiera lograr una victoria en el Colegio Electoral en el 2012 sin importar el resultado nacional. Hay necesidad de analizar el asunto con mayor cuidado que antes, como parecen estarlo haciendo ambos partidos y sus candidatos presidenciales.
No deja de sorprender que estados históricamente conservadores como Virginia y Carolina del Norte figuren en la lista de “indecisos”. Lo mismo sucede con la Florida, un estado con votación presidencial republicana desde 1980, con la excepción del triunfo reeleccionista de Bill Clinton en 1996 y la victoria de Barack Obama en el 2008. Además, se ha demostrado en años recientes la capacidad que tienen los republicanos para controlar casi indefinidamente el gobierno estatal. Hace rato que el Partido Republicano controla la gobernación, las dos cámaras legislativas estatales floridanas . Pero los cambios de población en el centro de la Florida, con una nueva y alta votación puertorriqueña, y la secularización de amplios sectores en otras regiones del estado, parecen favorecer, al menos por el momento, al candidato presidencial demócrata. De no triunfar el gobernador Romney, algunos lamentarán no haber intentado situar en la boleta vicepresidencial al ex gobernador Jeb Bush o al senador Marco Rubio.
Hace bien el Partido Republicano en concentrarse también en su antiguo bastión de Ohio. La artillería demócrata ha escogido ese estado como campo de batalla. Ha sido tradicional que los republicanos pierdan las elecciones cuando Ohio vota por los demócratas. Sus 18 votos electorales serán decisivos si la elección es cerrada. No nos extraña que Obama sea el favorito en Michigan (16 votos), pero sí que haya mantenido por tanto tiempo una ligera ventaja en Ohio en el promedio de las encuestas. En el 2004 Bush pudo haber perdido las elecciones a pesar de ganar entonces el voto popular nacional con una ligera ventaja del 3% en comicios reñidos. Un triunfo del senador John Kerry en Ohio hubiera llevado a ese político demócrata a la Casa Blanca a pesar de la desventaja nacional.
Pero no todas las noticias son malas para Romney. Pennsylvania (20 votos) ha sido declarado por muchos como “estado indeciso” a pesar de la ventaja tradicional demócrata en las últimas décadas. Aunque allí tampoco se nota todavía un avance decisivo de la candidatura de Romney, ésta pudiera estar lo suficientemente cerca de la de Obama como para alcanzarle en el estado fundado por los cuáqueros. No es demasiado probable que eso acontezca, pero si es enteramente posible. Lo mismo sucede en estados en que la votación será sumamente cerrada.
Después de las dos convenciones partidistas y habiendo transcurrido las tres primeras semanas del mes de Septiembre, las indicaciones objetivas señalan a Obama como puntero, pero con la oposición a muy poca distancia. Más que de superar al candidato en unos puntos percentuales se trata de lograr alcanzar al Presidente en Ohio, Florida, Michigan, Pennsylvania y otros estados.
El candidato republicano tiene ante sí los siguientes obstáculos: el monolítico voto afroamericano, el hispano (con excepción del cubano), el de la mujer y el de la juventud secularizada. A lo anterior se suma la oposición a su política conservadora hacia la cada día mas numerosa y activa comunidad con diferentes preferencias sexuales, la cual apoya ahora, casi unánimemente, a su contrario. Pero, por su parte, el Presidente se enfrenta a la crisis económica, a un sector de religiosos conservadores militantes y a críticas sobre su política exterior. Y es probable que el gobernador Romney disponga de mayores fondos de campaña, lo cual no quiere decir que le faltarán recursos al candidato oficialista.
Retomando el Colegio Electoral, este parece favorecer al señor Obama, pero si su adversario logra prevalecer en la Florida, Ohio y algún otro estado “indeciso”, la situación sería radicalmente distinta. Los debates entre los dos candidatos principales tendrán cierta resonancia en las encuestas, pero lo que hacen generalmente es confirmar la decision de los partidarios de uno y otro aspirante. Un error, un simple error, pudiera sin embargo alterar dramáticamente esa situación. Sobre ese detalle existen precedentes. De ahí la importancia que el señor Romney está concediendo al período de preparación para los debates con Obama, un candidato que tiene en su pasado haber debatido nada menos que con la entonces senadora Hillary Clinton.
Después de los errores cometidos, como el de afirmar en presencia de un grupo de simpatizantes, que él (Romney) no se preocupa por el 47% del electorado, asunto que bien puede explicarse atendiendo a su entorno y que quizás ha sido exagerado, pero que le ha costado comentarios negativos adicionales de una prensa que por lo general no le favorece, el candidato republicano, que no ha sido el único en cometer tales erores, está obligado a ser mucho mas cuidadoso.
Independientemente de acontecimientos inesperados, todo indica que estamos frente a una elección competitiva en la cual todo pudiera cambiar de un día para otro. Ojo con el Colegio Electoral.
La larga historia del Electoral
Con el aumento de población de Texas, que cuenta ahora con 38 votos electorales, superada únicamente por los 55 de California, y con ligeros aumentos en otros estados tradicionalmente conservadores, era de esperarse que el Colegio Electoral favoreciese este año al Partido Republicano. Pero el aumento de población coincidió con una nueva demografía en cuanto a grupos étnicos, comunidades con mayor crecimiento gracias a nacimientos, inmigración y otros factores. En cualquier caso, cualquiera de los dos candidatos de los partidos principales pudiera lograr una victoria en el Colegio Electoral en el 2012 sin importar el resultado nacional. Hay necesidad de analizar el asunto con mayor cuidado que antes, como parecen estarlo haciendo ambos partidos y sus candidatos presidenciales.
No deja de sorprender que estados históricamente conservadores como Virginia y Carolina del Norte figuren en la lista de “indecisos”. Lo mismo sucede con la Florida, un estado con votación presidencial republicana desde 1980, con la excepción del triunfo reeleccionista de Bill Clinton en 1996 y la victoria de Barack Obama en el 2008. Además, se ha demostrado en años recientes la capacidad que tienen los republicanos para controlar casi indefinidamente el gobierno estatal. Hace rato que el Partido Republicano controla la gobernación, las dos cámaras legislativas estatales floridanas . Pero los cambios de población en el centro de la Florida, con una nueva y alta votación puertorriqueña, y la secularización de amplios sectores en otras regiones del estado, parecen favorecer, al menos por el momento, al candidato presidencial demócrata. De no triunfar el gobernador Romney, algunos lamentarán no haber intentado situar en la boleta vicepresidencial al ex gobernador Jeb Bush o al senador Marco Rubio.
Hace bien el Partido Republicano en concentrarse también en su antiguo bastión de Ohio. La artillería demócrata ha escogido ese estado como campo de batalla. Ha sido tradicional que los republicanos pierdan las elecciones cuando Ohio vota por los demócratas. Sus 18 votos electorales serán decisivos si la elección es cerrada. No nos extraña que Obama sea el favorito en Michigan (16 votos), pero sí que haya mantenido por tanto tiempo una ligera ventaja en Ohio en el promedio de las encuestas. En el 2004 Bush pudo haber perdido las elecciones a pesar de ganar entonces el voto popular nacional con una ligera ventaja del 3% en comicios reñidos. Un triunfo del senador John Kerry en Ohio hubiera llevado a ese político demócrata a la Casa Blanca a pesar de la desventaja nacional.
Pero no todas las noticias son malas para Romney. Pennsylvania (20 votos) ha sido declarado por muchos como “estado indeciso” a pesar de la ventaja tradicional demócrata en las últimas décadas. Aunque allí tampoco se nota todavía un avance decisivo de la candidatura de Romney, ésta pudiera estar lo suficientemente cerca de la de Obama como para alcanzarle en el estado fundado por los cuáqueros. No es demasiado probable que eso acontezca, pero si es enteramente posible. Lo mismo sucede en estados en que la votación será sumamente cerrada.
Después de las dos convenciones partidistas y habiendo transcurrido las tres primeras semanas del mes de Septiembre, las indicaciones objetivas señalan a Obama como puntero, pero con la oposición a muy poca distancia. Más que de superar al candidato en unos puntos percentuales se trata de lograr alcanzar al Presidente en Ohio, Florida, Michigan, Pennsylvania y otros estados.
El candidato republicano tiene ante sí los siguientes obstáculos: el monolítico voto afroamericano, el hispano (con excepción del cubano), el de la mujer y el de la juventud secularizada. A lo anterior se suma la oposición a su política conservadora hacia la cada día mas numerosa y activa comunidad con diferentes preferencias sexuales, la cual apoya ahora, casi unánimemente, a su contrario. Pero, por su parte, el Presidente se enfrenta a la crisis económica, a un sector de religiosos conservadores militantes y a críticas sobre su política exterior. Y es probable que el gobernador Romney disponga de mayores fondos de campaña, lo cual no quiere decir que le faltarán recursos al candidato oficialista.
Retomando el Colegio Electoral, este parece favorecer al señor Obama, pero si su adversario logra prevalecer en la Florida, Ohio y algún otro estado “indeciso”, la situación sería radicalmente distinta. Los debates entre los dos candidatos principales tendrán cierta resonancia en las encuestas, pero lo que hacen generalmente es confirmar la decision de los partidarios de uno y otro aspirante. Un error, un simple error, pudiera sin embargo alterar dramáticamente esa situación. Sobre ese detalle existen precedentes. De ahí la importancia que el señor Romney está concediendo al período de preparación para los debates con Obama, un candidato que tiene en su pasado haber debatido nada menos que con la entonces senadora Hillary Clinton.
Después de los errores cometidos, como el de afirmar en presencia de un grupo de simpatizantes, que él (Romney) no se preocupa por el 47% del electorado, asunto que bien puede explicarse atendiendo a su entorno y que quizás ha sido exagerado, pero que le ha costado comentarios negativos adicionales de una prensa que por lo general no le favorece, el candidato republicano, que no ha sido el único en cometer tales erores, está obligado a ser mucho mas cuidadoso.
Independientemente de acontecimientos inesperados, todo indica que estamos frente a una elección competitiva en la cual todo pudiera cambiar de un día para otro. Ojo con el Colegio Electoral.
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