DESDE ISLAS CANARIAS - MARCOS ANTONIO RAMOS: La marcha de una campaña



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Paisaje de Lanzarote visto a través de una ventana de la casa donde vivió hasta su muerte el genial arquitecto y pintor Cesar Manrique.

Y, cosa afortunada, nuestra primera edición está saliendo un sábado, día de la semana en el que siempre publicamos la columna semanal de nuestro columnista insignia y entrañable amigo, Marcos Antonio Ramos.

Dicho eso y sin más preámbulo, los dejo en la compañía de Marcos Antonio Ramos:


Diario Las Americas 
Publicado el 07-14-2012
La marcha de una campaña
Por Marcos Antonio Ramos


Según se acercan las convenciones de los dos partidos políticos principales en EE.UU., aumenta el interés en el electorado nacional, a la vez que la atención en el proceso comicial norteamericano no es tan evidente en el escenario internacional.




Por un lado, dentro del país, se ha llegado a la conclusión de que se trata de una competencia muy reñida en la que cualquiera de los candidatos presidenciales de los partidos Republicano y Demócrata puede resultar electo. 

En algunos sitios del globo terráqueo parece como que no esperan una votación tan apretada. En cualquier caso, dentro de poco, muchos asuntos pasarán a un segundo o tercer lugar ante la importancia de las elecciones de noviembre.




De nuevo aparecen las inevitables encuestas de opinión, las cuales sufrirán grandes cambios en los días inmediatamente posteriores a ambas convenciones partidistas y aun más grandes el día anterior a las elecciones. Por lo general, el candidato presidencial de un partido aumenta sus cifras en los sondeos durante unos escasos días después de celebrada su convención y proclamados los candidatos. 


En la mayoría de las ocasiones se trata simplemente de algo pasajero. Por ejemplo, en pasadas elecciones el candidato derrotado en noviembre daba la impresión de ser el puntero después de su convención. Nada más.


Otra confusión a la cual acuden los medios para mantener el interés de lectores, oyentes y televidentes es el énfasis en el candidato vicepresidencial. 


En ese asunto habría que detenerse. Es difícil que una selección de ese tipo contribuya a ofrecerle al candidato a la Presidencia algo más de unos, muy escasos, puntos porcentuales. 


La importancia de la selección vicepresidencial se relaciona sobre todo con un estado o región del país. Alguien pudiera ser seleccionado para añadir unos puntos porcentuales en un estado como la Florida o una región como el Medio Oeste. 


Con lluvia o sin ella, estados como Utah y Texas estarán en la columna republicana mientras que Nueva York y California se anotarán a la demócrata. 


Aun así, a veces un candidato presidencial escoge como su compañero de boleta a alguien procedente de un estado que tiene asegurado de todas maneras, ya sea por su buena imagen o porque no contribuye a hacerle sombra. 


Cualquiera de esos asuntos son tenidos en consideración.


Un candidato de poco peso repercute en contra del aspirante presidencial, pero uno con mayor estatura política que el candidato principal pudiera dañarle la campaña. La gran mayoría, por no decir la casi totalidad, del electorado vota por su preferencia presidencial, sin importar el aspirante vicepresidencial, pero si este último es problemático todo cambiaría en perjuicio de la aspiración del candidato principal. 


Un candidato vicepresidencial pudiera ser alguien que no añada votos, pero que asegure a su compañero de que no le hará daño en el electorado, lo cual constituye ya una contribución. Aun así hay que tener en cuenta la posibilidad de lograr votos adicionales.


Por ejemplo, en la Florida los republicanos obtendrían al menos, en las circunstancias actuales, entre el 45 y el 48 por ciento de los votos, en el peor de los casos. 
Un candidato floridano pudiera contribuir a esa cifra dos, tres, cuatro puntos porcentuales, algo apreciable. No pensemos en diez puntos o algo así porque ya el porcentaje de voto partidista está bien definido en el estado. Los demócratas obtendrán no menos de entre 45 y 48 por ciento, independientemente del candidato vicepresidencial republicano. 


Nada de lo anteriormente expresado disminuye las posibilidades de que un republicano floridano sea seleccionado. Pero tampoco lo asegura.


En estas elecciones la Florida es un estado decisivo, pero más importante pudiera ser el Medio Oeste del país ya que se trata de varios estados que pudieran ir en cualquier dirección, sobre todo Ohio, Michigan y quizás Minnesota. Indiana parece más seguro para los republicanos, aunque no tanto como antes. 


Perder la Florida sería fatal para ese partido, pero sin Ohio no hay combinación republicana victoriosa que sea posible en una elección reñida. No olvidemos que el voto en el colegio electoral es el que decide y no necesariamente la acumulación de votos populares. Los demócratas son expertos en la materia pues, por citar unos cuantos casos, perdieron la Presidencia en 1876, 1892 y el 2000 a pesar de haber recibido el mayor número de votos populares al sumarse todos los estados.


Los 539,000 votos de ventaja que recibieron en el 2000 a nivel nacional fueron en la práctica anulados por escasamente algo más de 500 votos de ventaja recibidos oficialmente por el candidato republicano en la Florida.
Hay situaciones sumamente especiales. Los republicanos pudieran tener la ventaja en la Florida con un candidato hispano, el popular senador Marco Rubio. 


Un estado predominantemente anglo pudiera ganarse de esa forma ya que es escasa la diferencia entre posibles votantes demócratas y republicanos en el 2012. 


Pero exigirle al posible candidato Rubio el obtener el voto hispano nacional para los republicanos sería demandar demasiado del joven y prometedor político. 
Sus posibilidades como candidato no deben ser desestimadas. De no ser postulado, sería quizás un orador principal en la convención de su partido, lo cual contribuiría a su futuro político



Los republicanos necesitarán, para compensar esa deficiencia étnica, movilizar a sus mejores votantes, los varones blancos y los miembros más tradicionalistas de las iglesias cristianas. Sin esos dos bloques no tendrían la más mínima posibilidad en el ambiente actual. 


Para los republicanos lograr el 30% del voto hispano nacional en el 2012 será una verdadera hazaña. Mover a los votantes hispanos de California y Nueva York hacia la columna republicana será casi imposible este año. En Texas sucedería lo mismo, pero allí el voto hispano no es indispensable todavía para una elección presidencial ya que en ese estado prevalece todavía el republicanismo.
Los demócratas pudieran ser favorecidos fácilmente por los distintos grupos étnicos, con excepción de los cubanos, y con una mayoría entre las mujeres, pero si no logran movilizar esos votantes y lograr su entusiasmo, lo cual no es fácil en el ambiente actual, su tarea será muy complicada.


El gobernador Mitt Romney ha ido avanzando y estableciendo sus credenciales en algunos aspectos interesantes, pero derrotar al titular no se logra automáticamente aunque la economía no ande bien. 


Su mejor arma sería establecer con claridad cuáles son sus planes para la recuperación económica del país. Entre sus logros se encuentra el haber logrado que su mormonismo no sea ya un factor decisivo para restarle votos, aunque siempre le costará algunos votantes. 


En cuanto al presidente Barack Obama, su candidatura no puede tampoco ser subestimada ya que cuenta con un equipo de campaña sumamente experimentado y con los recursos del poder, como el de dirigirse frecuentemente a la nación para señalar asuntos importantes para su administración.


Y ambos aspirantes contarán con recursos económicos sin precedentes para sus respectivas campañas.
No es hora de hacer predicciones. Cada cual pensará, como frecuentemente sucede, que su candidato triunfará y encontrará razones, a veces hasta con cierto peso, pero eso no es todo. Existe hasta el peligro de depender de las opiniones de amigos, correligionarios, contertulios y vecinos, lo cual, con todo respeto, no quiere decir casi nada. 


Otros buscarán precedentes en el pasado cercano o remoto, olvidando aquello de que “las cosas no suceden hasta que suceden” y siempre hay una primera vez. Además, estamos en el 2012 y no en el 1980 o el 1960. Ha corrido el agua por debajo de los puentes. 


Lo mejor sería quizás el aprovechar indicaciones reales y actuales para tener una idea del rumbo de la campaña, con la incertidumbre que se requiere para lograr alcanzar una mínima idea de lo que pudiera ocurrir. 
Pero si la candidata es la ex secretaria de Estado Condolezza Rice todo pudiera cambiar a favor del candidato republicano. Ese caso es diferente a los mencionados en este artículo.

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