MARCOS ANTONIO RAMOS: Las Primarias y la Convención Republicana

DR. MARCOS A. RAMOS

Las primarias del llamado Super Martes le dieron un claro triunfo al candidato Mitt Romney. Este logró la victoria en 6 de las 10 contiendas. Entre ellas, aunque por estrecho margen, las del importante estado de Ohio. El número de sus delegados es bastante superior a la suma de los obtenidos por sus tres rivales. A pesar de eso, los medios de comunicación social insisten en que su aspiración enfrenta serias dificultades. Se le concede mejor organización y los mayores recursos económicos, así como el apoyo del llamado “establishment” de su partido, pero se continúan presentado objeciones a su aspiración.

La muy distinguida ex primera dama Barbara Bush ha calificado este proceso como la peor campaña electoral que ha visto en toda su vida. Es probable que exagere, quizás sería necesario matizar sus declaraciones, pero no hay demasiadas dudas acerca de que hay elementos que han convertido en algo extraño el desarrollo de las primarias y sobre todo la reacción y frecuentes comentarios de los analistas de los grandes medios de comunicación social.

Para algunos es imposible considerar como liberal al ex gobernador Romney, pero sus oponentes insisten en clasificarlo de esa manera. Es más, algunos de sus adversarios dentro de su propio partido hasta lo acusan de “moderado”, como si tal cosa constituyera un gravísimo problema para cualquier candidato republicano en las elecciones generales. Es más, es probable que a partir de ahora cualquier indicio de moderación se convierta en el beso de la muerte en varios círculos republicanos.

El candidato puntero ha hecho todo lo posible por satisfacer a los más conservadores, pero se habla incesantemente de que al final del proceso un “verdadero conservador” se convertiría quizás en la alternativa a Romney, aunque se admite que ese hipotético candidato no logrará elegir más delegados, pero pudiera ser el favorito de la Convención Nacional Republicana a celebrarse en la floridana ciudad de Tampa.

Algunos aspectos de lo anterior pueden remontarse a situaciones del pasado, pero realmente sorprende pensar que pueda negarse la postulación a un precandidato que duplique o triplique el número de delegados de cualquier otro simplemente por no lograr la mayoría absoluta, la cual se obtiene generalmente, al final del proceso, por medio de arreglos de algún tipo.

Hay otro factor. Es probable, como en un pasado algo lejano, que se cree una inesperada alianza para impedir la postulación de un candidato a pesar de haber este ganado más primarias y contar, en el momento de la Convención, con el número mayor de delegados. Se impone un dato, son necesarios 1,144 delegados par a obtener la nominación, ni siquiera 1,143 son suficientes.

La estrategia del ex senador Rick Santorum y del ex presidente de la Cámara Newt Gingrich parece ser intentar convertirse en la alternativa y crear una coalición conservadora – en este caso extremadamente conservadora – para impedir el triunfo de alguien que no es considerado aceptable para la derecha. Todo eso es muy difícil, pero no imposible. De ahí que continúen los comentaristas, sobre todo los más liberales, coincidiendo con los más conservadores.

El sueño de algunos analistas liberales es que Rick Santorum, o en su defecto Newt Gingrich, se enfrenten al actual mandatario Barack Obama. La estrategia consiste en que Obama logre el voto no sólo de los liberales sino el de los considerados “moderados” y que los partidarios de Romney no se sientan con deseos de votar en noviembre, lógicamente agraviados porque se niegue la nominación a su candidato, el aspirante que se acercaría a la mayoría absoluta de delegados y que acumularía muchos más votos populares, si se cuentan todas las primarias y concilios (“caucuses”), que sus adversarios.

Escuchando hace unas noches a una comentarista de la televisión nacional, reconocida como persona sumamente liberal, tal parecía como que defendía la postulación de Santorum, a la vez que lo atacaba como una especie de fanático religioso de la más extrema derecha ideológica. Uno de sus colegas, más experimentado en estas cuestiones, antiguo asistente de un importante líder demócrata, ridiculizaba a los que insistían en los méritos de Romney, para quien, a pesar de considerarle menos conservador que Santorum, reservaba otro tipo de comentarios negativos, pero anhelando casi a gritos su postulación.

En definitiva, nada debe extrañarnos, en política unos y otros, demócratas y republicanos, han preferido favorecer, aunque sea indirectamente, a quien consideran el aspirante más débil del partido contrario. En la feria de especulaciones debe distinguirse entre lo fantástico e irreal y lo difícil, pero posible. Consideremos algunos escenarios.

Se comenta que si Romney lograra acercarse mucho a los 1,144, un escenario altamente posible, pudiera aliarse a los delegados del congresista Ron Paul, que para la Convención debe tener un grupo pequeño, pero significativo de delegados, para llevar entonces como su candidato vicepresidencial a un hijo de su adversario, el senador Rand Paul de Kentucky, más aceptable a los conservadores que su padre.

A pesar de que se trata de un escenario que alguno pueda hasta considerar surrealista, también hay precedentes de dos candidatos que se pusieron de acuerdo para crear una coalición que lleve a uno de Presidente y a otro de Vicepresidente. Un “ticket” Santorum/Gingrich sería extremadamente difícil, pero en política pueden suceder muchas cosas, que no esperamos o anticipamos, pero provocan conjeturas.

En cualquier caso, los observadores siguen esperando que tanto Santorum como Gingrich y Paul mantengan su aspiración y sigan acumulando delegados hasta llegar a la Convención. En una época ya algo lejana se llegaba a todo tipo de arreglos, a veces en los llamados “salones cerrados llenos de humo” (“smoke filled rooms”) o algo por el estilo.

Una realidad algo diferente debe imponerse. Los republicanos se unirán después de esta lucha encarnizada y el votar contra el Presidente Obama les motivará. Pero el discurso tan conservador de los aspirantes republicanos está motivando a los demócratas y a ciertos sectores que se oponen a los temas favoritos de los conservadores. Los hispanos no han recibido mucho del actual mandatario, pero preferirán sus ideas a lo que hasta ahora han afirmado los aspirantes de la oposición. No incluyo entre esos hispanos a los cubanoamericanos.

Ciertas afirmaciones sobre el control de la natalidad pudieran motivar a los votantes, pero en ambas direcciones, no en una sola, y los demócratas pudieran aumentar su ya evidente ventaja en el voto femenino. Una coalición de hispanos, afroamericanos, liberales y otros votantes motivados no tanto por apoyo a Obama como por rechazar las ideas de candidatos como Santorum y los demás, pudiera cambiar el panorama. Es probable que los republicanos se vean obligados a nominar a un hispano como Vicepresidente para aliviar su situación.

Los republicanos han hecho grandes avances en el llamado voto religioso, pero no debe olvidarse que la mayoría de los que afirman estar afiliados a alguna confesión no son necesariamente practicantes y algunos de ellos reaccionan negativamente a las apelaciones de la jerarquía eclesiástica. El voto de los más religiosos ayuda mucho entre los republicanos, pero les dificulta el obtener el voto de los votantes secularizados y los menos activos en sus iglesias.

Los demócratas siguen esperanzados con la posibilidad de que alguien tan conservador como Santorum sea el candidato que les permita movilizar a sus electores liberales, pero se preparan para enfrentarse a Romney, que pudiera atraer independientes. Y los republicanos parecen confiar sobre todo en acontecimientos más allá de las primarias: descenso económico, alza del precio del petróleo y conflictos internacionales.

Tanto el oficialismo como la oposición tienen ante si una tarea sumamente complicada en la que cualquier triunfalismo irresponsable o un optimismo excesivo pudiera ser fatal. 

Comentarios

  1. Hay que sacar los miopes analiticos ojos de Miami y pensar en gente como el Gobernador Bob McDonnell de Virginia. Conservador con gran arrastre de todo el voto Evagelico. Se predice sera el canditado a la Vicepresidencia con Romney.

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