La 2ª Semana Social Católica de Miami y la conciencia social del laicado
Miami, 11 de marzo de 2012
Ing. Helio J. González
El 10 de octubre de 2010 se iniciaba, en la parroquia de San Juan el
Apóstol de Hialeah, la 1ª Semana Social Católica de la Arquidiócesis de Miami.
Casi año y medio después, el 4 de marzo pasado, se iniciaba la 2ª y con ella,
la continuación de este esfuerzo de evangelización a través de la Doctrina
Social de la Iglesia, esfuerzo de pastoral, a la vez educativo y de formación
laical, que a pesar de su sencillez, tiene el gran objetivo de sembrar una
semilla para cosechar conciencia social en nuestro laicado de acuerdo a los
valores evangélicos.
Mons. Thomas Wenski, arzobispo de Miami, desarrolló una brillante conferencia
magistral el primer día, con el tema “Cada Ser Humano importa”, que fue un
verdadero ejemplo de magisterio cristiano en los días tormentosos que corremos.
Se enfocó en el valor del Ser Humano y nos decía “el reto del cristiano de hoy es dar
testimonio de esperanza… Y porque Dios
importa estamos llamados a modelar una vida en la que el hombre también importa”.
Nos habló de la defensa de la vida desde el vientre de la madre. Respecto
al viaje del Papa Benedicto XVI a Cuba, confirmó que viajará a Cuba “como
peregrino de la caridad”, y que la
Arquidiócesis de Miami apoya a la
Iglesia Cubana, muy especialmente la labor de Caritas.
Mons. Wenski, nos mostró que la Dignidad Plena del Hombre es la médula de
la Doctrina Social de la Iglesia: “Cuando nos permitimos pensar que un ser
humano es un problema, ofendemos su dignidad”, tomando partido así, por el niño
desde el vientre de su madre, hasta por el inmigrante rechazado por la sociedad
en que vivimos. Fue muy claro en ello: “El refugiado, el migrante –aunque no
tenga papeles- no es un problema. Él tal vez sea un extraño, pero un extraño
que debemos abrazar como un hermano”.
El martes, dedicado a la obra social de la Iglesia, un grupo de hermanos
visitó a las hermanas de la congregación de las Misioneras de la Caridad, que
nos muestran día a día que no hay que ir a Calcuta, para conocer la miseria,
que está también en nuestras puertas, en el mismo centro de Miami. Allí
compartieron y ayudaron a las hermanas en su labor con los desamparados.
Las conferencias del día 7, demostraron el alcance de la función del
laicado católico en el mundo empresarial, con la conferencia impartida por
Carlos Saladrigas, quien afirmaba que un empresario no puede dejar los valores
cristianos en la puerta del negocio de la misma forma en que se deja colgado el
abrigo en invierno. Su conferencia, “El Empresario, Visión Cristiana a la luz
de la DSI”, fue clara y contundente: “Un católico
no puede aceptar que no haya una relación entre la justicia y la economía, de
la misma manera que no podemos aceptar una vida carente de valores”… y
continuaba: “No obstante, a pesar de esta imperativa ética, existe un temor de
poner sobre el centro de la mesa el tema de la justicia económica y social. En
parte, porque los mercados han trascendido las fronteras de todos los países y
se han convertido en verdaderos mercados globalizados. Pero, debido a que el
tema se ha tratado en términos políticos entre derecha e izquierda, entre
capitalismo y socialismo, hay un temor a ser tildado hacia los extremos cuando
se trata de salvaguardar el tema de la justicia en la economía”.
El Profesor Francisco Javier Muller entregó una
verdadera cátedra con su conferencia “Humanismo Integral”. Siguiendo los
postulados de Jacques Maritain, en el libro del mismo nombre, hizo un análisis
histórico, afirmando con Maritain que, “solo quedan dos alternativas para el
futuro, el cristianismo y el ateísmo. Y
por eso, tras describir los errores del comunismo, propone, en la segunda parte
del libro, las condiciones, principios, normas y espíritu necesario para
alcanzar el ideal histórico de una Nueva Cristiandad, sin pretender ni mucho
menos volver al pasado medieval, sino proclamando la Nueva Cristiandad como un
analogado de la antigua cristiandad en un nuevo cielo histórico, y sobre todo
teniendo cuidado de evitar los errores extremos aberrantes actuales como son el
capitalismo sin alma por un lado, y por otro los ´ismos´ del socialismo, del
nazismo y el fascismo, y del comunismo tal como se daba entonces en la Rusia
totalitaria”.
Es muy difícil poder resumir una conferencia de
este nivel en unas pocas líneas, pero la conclusión del Prof. Muller nos llena
de esperanza: “En resumen, pues, se pudiera decir que la tarea ingente que
plantea el humanismo integral es, precisamente, integrar o reintegrar, reparando,
todas aquellas brechas, separaciones, dualismos y divisiones en que la
humanidad cayó tras cinco siglos del cese de la cristiandad medieval que la
precipitó no solo en la “muerte de Dios” sino, sobre todo, en la “muerte del
hombre”. La integración a lograr es, pues, la de gracia con la libertad; la
gracia y la naturaleza; la fe y la razón; el alma y el cuerpo; la persona y el
individuo; la unidad en amistad cívica con el pluralismo democrático; la
colaboración solidaria entre el capital y el trabajo; el orden temporal con el
orden espiritual, en fin… el Cielo con la tierra”.
El jueves 8 fue dedicado de nuevo a la obra
social de la Iglesia, pero esta vez a través de una película titulada “De Dios
y los Hombres”, donde se expresa de una manera exquisita, la obra de una
congregación misionera en Argelia, su entrega para servir a su comunidad y su
trágico fin como mártires de su fe.
El viernes se dedicó al carácter multicultural de
la Arquidiócesis de Miami. Fue impactante la conferencia impartida por el P.
Antonio José, joven sacerdote brasileño, que a partir del documento de
Aparecida, dio un testimonio sobre el Kerigma, a partir de su propia vivencia
personal. Fue extraordinariamente oportuna, pues para llevar y evangelizar a
partir de los valores de la doctrina social de la iglesia, es necesario pasar a
la acción en nuestras propias familias, para ser capaces de pasar a nuestros
hijos el valor de la fe cristiana y la felicidad que ello genera al conocer el
amor que Cristo nos tiene.
La clausura fue ayer sábado 10 de marzo en el
Salón Félix Varela de la Ermita de la Caridad. Comenzó la jornada con un
sentido homenaje al Dr. Antonio Jorge, fallecido el mes pasado, quien fue una de las figuras cimeras de este
esfuerzo de pastoral social desde que éste comenzara a andar hace dos años. El
nos hubiese deleitado con una conferencia sobre Economía Social de Mercado.
Una muy bien estructurada conferencia sobre La
Escuela de Salamanca en las Raíces de la DSI fue impartida por el P. José
Quijano a raíz de la labor intelectual y pedagógica de Francisco de Vitoria en la Universidad de
Salamanca.
Quizá el aspecto que ha hecho recientemente más
famosa esta Escuela es por sus investigaciones sobre la economía y fue éste el
aspecto tratado básicamente por el P. Quijano. El espaldarazo final a la
denominación Escuela de Salamanca de economistas vino dado por Joseph Schumpeter quien estudió la doctrina
escolástica en general y la española en particular, y elogió el alto nivel de
la ciencia económica en la España del siglo XVI. Según él, esta
escuela fue el grupo que más se merece el título de fundador de la ciencia económica. La
Escuela de Salamanca no llegó a elaborar una doctrina económica completa, pero
estableció las primeras teorías económicas modernas para afrontar los nuevos
problemas que habían surgido.
Posteriormente el Dr. Virgilio Beato nos deleito
con su conferencia sobre las Internacionales Democráticas y lo que él llamó “aterrizar”
lo expresado por el P. Quijano. Con un recuento histórico primero, y con una
descripción del papel de los partidos que forman cada una de las
Internacionales actualmente, definió claramente como todas aceptan hoy la
democracia como base de sustentación, y es la medida de cuanto papel debe jugar
el estado en la sociedad lo que las diferencia básicamente.
El P. José Conrado Rodríguez que vino desde Cuba,
como invitado especial a esta 2ª Semana Social de Miami, terminó la jornada con
un recuento impresionante de las Semanas Sociales realizadas en Cuba y muy
especialmente las que se han llevado a cabo a partir de 1991, año en que se
reanudaron en conmemoración del centenario de Rerum Novarum. Han sido muchos
los invitados excepcionales a las mismas así como las ponencias desarrolladas,
desde Mons. Carlos M. de Céspedes, Dagoberto Valdés, el P. René David y Gustavo
Andújar, para citar sólo a algunas personalidades de la Iglesia cubana, hasta miembros
destacados de la Comisión de Justicia y Paz del Vaticano y de la Iglesia
Latinoamericana. La necesidad de
reconstrucción de la sociedad civil, la necesidad del cambio en Cuba y el
diálogo como componente esencial del mismo, han sido el centro de muchas de las
ponencias. La Comisión Episcopal Justicia y Paz, presidida por Mons. Meurice y
actualmente por Mons. Aranguren, ha organizado estos eventos. La décima
celebrada en la Habana en junio de 2010, y con la participación de los profesores
Carmelo Mesa Lago y Jorge Domínguez, exiliados cubanos, que por primera vez
pudieron dar su aporte a un evento de esta naturaleza, ha sido la última hasta
ahora.
Después de cada conferencia hubo un plenario,
desde el primer día, en que se plantearon con toda libertad todas las preguntas
deseadas a los conferencistas, desde Mons. Wenski hasta el P. José Conrado.
Aquí estuvo el alma de la Semana Social. La lección recibida fue muy
importante para todos los laicos católicos y muy especialmente para los cubanos,
la sociedad civil como centro de la construcción democrática, la dignidad y los
derechos humanos como fundamento, y los valores cristianos como columna
vertebral de la construcción económica de la sociedad democrática que queremos
para la Cuba que anhelamos todos.
La DSI es el motor que
debe movernos, como laicos, a establecer un compromiso mucho más enérgico con la
sociedad en que vivimos, para poner amor, tolerancia, respeto y valores humanos
y cristianos en la evangelización de nuestro medio.
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