MARCOS ANTONIO RAMOS: Un libro fundamental sobre Pinar del Río
Diario Las Americas
Publicado el 11-17-2012
Publicado el 11-17-2012
Un libro fundamental
sobre Pinar del Río
En 1946 el Fondo de Cultura Económica de México publicó el libro “Pinar del Río” del historiador, economista y estadista cubano y pinareño Emeterio S. Santovenia. El doctor Santovenia ocupó en varias administraciones, a partir del gobierno del Presidente Carlos Mendieta, algunos de los más altos cargos de la nación, entre otros, los de Secretario de la Presidencia, Senador, Ministro de Estado y Director del Banco de Fomento Agrícola e Industrial de Cuba (BANFAIC).
La bibliografía de don Emeterio es una de las más valiosas en la historia de la nación y su nombre figura junto a los de los más altos historiadores del Caribe ya que entre sus innumerables textos se destaca “Armonía y Conflictos en Torno a Cuba”, uno de los más profundos trabajos publicados sobre la mayor de las Antillas y su entorno internacional, sin olvidar sus hermosas biografías de Eloy Alfaro y Abraham Lincoln.
Después de 66 años acaba de publicarse otro libro notabilísimo sobre la ciudad y la provincia de Pinar del Río “Apuntes para una Historia de Pinar del Río”. Su autor es el licenciado Wilfredo Denie Valdés, periodista cubano que se desempeñó también como Historiador de la Ciudad de Pinar del Río. La obra ha sido impresa y puesta en circulación por Ediciones Convivencia, radicada en la capital pinareña y cuyo equipo ha recogido la tradición de la Revista “Vitral” y de su director Dagoberto Valdés, autor del documentado prólogo del libro.
Antes de referirme a este nuevo aporte a los estudios cubanos, deseo reconocer una vez más la benemérita labor de “Vitral”, la cual en cierta forma vive en “Convivencia”. Una tercera edición de la “Compilación de editoriales de la revista Vitral: 1994-2007” fue publicada recientemente con prólogo del notable escritor José Prats Sariol. “Vitral” fue hasta el cese de su publicación un órgano del Centro de Formación Cívica y Religiosa de la Diócesis de Pinar del Río y estuvo abierta a colaboradores creyentes y no creyentes, católicos y no católicos, en un esfuerzo que quedará grabado en los anales de este difícil período histórico.
Me correspondió el honor de ser uno de los presentadores de ”Apuntes para una Historia de Pinar del Río” en el Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos (ICCAS), que dirige el doctor Jaime Suchlicki. Me acompañaron en el panel colegas muy ilustrados. Agradezco, pues, la invitación que me hicieron el doctor Omar Vento y su esposa Josefina, amistades que debo al siempre recordado Padre Francisco Santana, cubano ejemplar, un verdadero hermano.
Mientras se presentaba el libro en esta ciudad, se efectuaba la presentación del mismo en Pinar del Río. Un video en que resaltaban las palabras de Dagoberto Valdés y varios miembros de los equipos de “Vitral” y “Convivencia” llenaban a los presentes de una legítima e intensa emoción cubana que nos llegaba desde la Isla como un regalo a los reunidos en la Casa Bacardí del ICCAS. Tales sentimientos los provocaban aquellas voces de cubanía desde la más occidental de las antiguas provincias.
Presentación del libro en Pinar del Río |
Un breve repaso de las materias tratadas incluiría necesariamente capítulos muy documentados sobre las características geográficas y la historia, partiendo de la época precolombina. La colonización del occidente cubano, con el rústico estilo de vida en los hatos, corrales y sitios de labranza, así como la temprana presencia de un estilo de vida en latifundios dedicados a la cría de ganado. Se trataba de situaciones caracterizadas por el aislamiento, el abandono regional por las autoridades coloniales y la escasa población en los siglos XVI y XVII, hasta llegar la eficaz gestión gubernativa del Marqués de la Torre y su valioso aporte en el siglo XVIII.
Esa sección es todo un tratado sobre cuestiones económicas, sobre el impacto del estanco del tabaco en el período colonial. Curiosamente, algunos han olvidado que Pinar del Río fue un refugio para los que cultivaban tabaco en otras partes del país, sobre todo para aquellos vegueros que se vieron obligados a huir de decisiones despóticas de gobiernos coloniales en otras regiones occidentales del país. Criollos y nativos de las Islas Canarias crearon nuevos asientos para el cultivo del tabaco. Aquella jurisdicción que llevó por algún tiempo el nombre de Filipinas fue creciendo en población, pero demoraría mucho tiempo en que el aislamiento fuera reemplazado por avances en poblamiento y recursos.
La segunda parte ofrece un panorama histórico de la religión en Pinar del Río (1699-2012), tan amplio que no es posible encontrar algo comparable, en cuanto a dimensión y profundidad, en otros estudios publicados sobre las provincias cubanas. Durante la presentación del libro compartí con los allí presentes mi satisfacción por presentar nuevamente un libro escrito en la Cuba contemporánea y evoqué la presentación que hice en esta ciudad de los dos volúmenes de la “Historia de la Iglesia Católica en Cuba”, tarea que me encargó su autor, Monseñor Ramón Suárez Polcari, entonces Rector del Seminario de San Carlos y San Ambrosio y actualmente a cargo de importantes funciones jerárquicas en la Arquidiócesis habanera, encomendada por el Papa, hace ya muchos años, a un muy apreciado amigo de mis ya lejanos días de estudiante de bachillerato, el Cardenal Jaime Ortega.
Creo que todos los interesados en historia eclesiástica cubana disfrutarán de los datos que ofrece el libro sobre el desarrollo del catolicismo pinareño. Y los evangélicos que adquieran la obra tendrán el gusto de contemplar las fotos de los principales templos protestantes de la capital provincial.
Sería necesario escribir artículos completos sobre temas tratados minuciosamente en relación con economía, cultura y política en esta enciclopedia pinareña. Me he limitado a aspectos específicos como manera de introducir al lector a esta obra, bella en cuanto a contenido en datos, imágenes y fotografías.
La información biográfica sobre personajes importantes, luchas cívicas como la del Comité “Todo por Pinar del Río”, con tantos logros en la etapa republicana va acompañada también por descripciones actualizadas de escuelas, centros culturales, publicaciones, hospitales, hoteles, centros de esparcimiento. En fin, todo lo divino y lo humano sobre la más hospitalaria y cariñosa de las provincias cubanas, añorada por mi amigo Jorge Vázquez nacido en el pueblo de Herradura.
En Pinar del Río nacieron otros amigos. Es la provincia natal de mi siempre recordado Wifredo Fernández, joven filósofo muerto prematuramente, de su hermano Manolito y de su ilustre familia y también de mi colega el historiador Octavio Costa. Es la tierra de los Cuervo Rubio, de los Cortina, los Grau y los Prío. También del sabio Tranquilino Sandalio de Noda, de Isabel Rubio, de Regla Socarrás, del gobernador Armando del Pino, de Francisco Solano Ramos con sus pasiones masónicas, de Tebelio Rodríguez del Haya; de Domingo F. Ramos, ministro de tantas carteras del gabinete presidencial. Y es el suelo fértil y cubanísimo de Dagoberto Valdés, del autor del libro Wilfredo Denie Valdés y del benemérito Obispo José Ciro González Bacallao.
En mi mente continuarán los ecos de Cirilo Valdés y su “Excursión por Vueltabajo”, así como de las obras de Santovenia y de Costa y de tantos libros, ensayos y artículos. Y ahora “Apuntes para una Historia de Pinar del Río”, ante cuyo aporte me descubro respetuoso.
Mas información en: http://convivenciacuba.es/intramuros/?p=129
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