GOBIERNO | Jacobson se va; ¿Barrack o Rubin?
Trump tiene sobre su escritorio una decisión que podría cambiar el destino de la relación con México.
Roberta Jacobson dejará la embajada estadounidense el próximo otoño. Aunque su elevado perfil diplomático le ha protegido de daños colaterales generados por el fuego disparado por Trump a su entrañable amiga Hillary Clinton, Jacobson se ha de sentir entre vulnerable e incómoda al servir a un departamento de Estado demasiado ajeno para ella, no sólo por la aversión obsesiva de Trump hacia Clinton, también por el abandono de la secretaría de Estado de la actual administración.
Recomendable leer el texto de Robbie Gramer, Dan de Luce y Colum Lynch en el Foreing Policy del 31 de julio: “Cómo la administración Trump rompió a la secretaría de Estado”. Desmoralizados, diplomáticos observan el desinterés que ha mostrado Rex Tillerson sobre una densa nube de conocimientos y experiencias de burócratas que han dejado media vida en su trabajo.
Tom Barrack y Larry Rubin son los dos finalistas para ocupar el lugar de Jacobson. Dos perfiles antagónicos para un puesto estratégico en cuanto a la conducción de la relación bilateral.
La caída de Reince Priebus en la jefatura del gabinete de Trump trastocó la ruta crítica de Larry Rubin. La empatía entre Priebus y Rubin fue detonada a través de varias reuniones del partido a las que acudía principalmente gente mayor. En sus frecuentes viajes a Nueva York y Washington, Rubin logró ingresar al círculo de Steve Bannon de la mano de Priebus. Las múltiples crisis del gabinete provocaron la formación de varias alianzas. Bannon y Priebus fueron blanco de varias locuacidades de Anthony Scaramucci, el director de Comunicación de la Casa Blanca que sólo duró en su despacho 10 días.
Rubin estuvo en la Casa Blanca la semana pasada justo durante la erupción que provocaron las pedestres palabras de Scaramucci en contra de Bannon y Priebus.
Tom Barrack fue revelado por el Wall Street Journal como posible embajador de Trump en México. “¿Tom Barrack como embajador en México?”, preguntó Gerard Baker, editor en jefe del Wall Street Journal, de acuerdo con la transcripción de la entrevista hecha el pasado 25 de julio en el Despacho Oval.
Como dejando volar un globo sonda, Trump le preguntó a Tom Barack: “¿Tú que piensas? ¿Te gusta? (...) Llámalo, dile que se lo estoy dando (el puesto) a él”, dijo Trump entre carcajadas.
Tom Barrack podría ser un espejo empresarial de Trump. Es un millonario inversionista en bienes raíces. Fundador y presidente de la firma de capital privado Colony Capital, Barrack es un viejo amigo de Trump. De acuerdo con Forbes, la fortuna de Barrack alcanza los 1,000 millones de dólares.
En un acto inédito, Larry Rubin se convirtió en un referente republicano en México durante la campaña presidencial. Su estilo empático lo acercó con las clases política y empresarial mexicanas. Algo que no sucedió con el representante demócrata en nuestro país.
Trump debe tener en su cabeza una enorme bifurcación. Elegirá a un millonario que deberá tener entre sus prioridades el tema de seguridad o a un joven cuya curva de aprendizaje se encuentra en la etapa de madurez.
Con Trump lo mejor es no hacer pronósticos. Al hacerlo, es la forma más rápida de equivocarse.
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