MARCOS ANTONIO RAMOS: UN TRIBUTO A JUAN PONCE DE LEON
Un tributo a Juan Ponce de León
El libro también describe planes y acontecimientos anteriores al viaje como la aparición de la Florida, desde 1502, en los primeros mapas de América
Nuestra relación histórica con la Madre Patria merece ser constantemente resaltada. En buena parte por el aliento que nos ha dado a españoles e hispanoamericanos, desde su llegada a Miami, la Cónsul General de España, Excelentísima Embajadora Cristina Barrios, me hice el propósito de escribir con mayor frecuencia sobre tan honroso tema. Y agradezco a mi director en la Academia Norteamericana Correspondiente de la Española, don Gerardo Piña Rosales, por el apoyo que siempre ha concedido a sus colegas residentes en esta región.
Pues bien, hay algo nuevo en el ambiente que también me llena de entusiasmo. El Centro de Estudios de la Florida Colonial, hermoso proyecto iniciado por mi gran amigo el Padre José Luis Menéndez y sus colaboradores, acaba de publicar un gran aporte a la celebración de los 500 años de la llegada a la Florida de don Juan Ponce de León. Se trata de “La Provincia de la Florida” del doctor Salvador Larrúa-Guedes, labor ofrecida como tributo a Juan Ponce de León y a otros colaboradores en la gesta del descubrimiento de esta península norteamericana. El libro también describe planes y acontecimientos anteriores al viaje como la aparición de la Florida, desde 1502, en los primeros mapas de América.
El ilustre profesor Lawrence A. Clayton, del Departamento de Historia de la Universidad de Alabama, al escribir la presentación del libro y hacer algunos comentarios sobre el mismo, señala que “verdaderamente es una obra prodigiosa y todos los que estamos interesados en los orígenes de la civilización del Nuevo Mundo tenemos una inmensa deuda con el autor.” El doctor Clayton describe como el historiador cita y explica las circunstancias de todas las expediciones de exploración y conquista realizadas por los españoles dentro de “la inmensa región que ellos llamaron la Florida”, aclarando que “…En ese siglo la Florida era toda la tierra que estaba situada al norte de los establecimientos españoles en Cuba y otras islas del Caribe…”
Por su parte, el doctor Larrúa-Guedes ofrece información sobre los gobernadores españoles hasta la primera parte del siglo XVII y penetra en el entorno de las dificultades experimentadas en 1565 por don Pedro Menéndez de Avilés para eliminar la presencia, anterior a sus esfuerzos, de los hugonotes franceses que habían levantado el Fuerte Carolina, y establecer así, con pie firme, la soberanía española sobre el territorio descubierto por Ponce de León en 1513.
El historiador relaciona con mucha destreza las actividades españolas en esta región con las de los colonizadores de Cuba, punto de partida de los acontecimientos en la Florida en el siglo XVI y después, y en la gigantesca empresa de la colonización española del Nuevo Mundo. La íntima relación entre Cuba y la Florida, lo mismo en aspectos de administración política como en los estrictamente eclesiásticos, encuentra en este libro una exposición muy superior en aspectos fundamentales. Y su descripción del primer asentamiento europeo en Miami será de singular interés para los actuales habitantes de una ciudad convertida ya en bastión inexpugnable del regreso hispano a Norteamérica.
La obra de don Salvador es impresionante. Este libro se une a “Cinco Siglos de Evangelización Franciscana en Cuba”, “De Cuba a los Estados Unidos: una gesta misionera de tres siglos”, “Cronología de la Florida Colonial Hispana”, además de infinidad de otros libros y ensayos sobre temas históricos relacionados con la región y con la presencia de la Madre Patria en el Nuevo Mundo y de la Iglesia como civilizadora de países y de regiones enteras. La pluma del doctor Larrúa-Guedes no ha descansado, como digno resultado de sus notables investigaciones sobre la materia.
No debe olvidarse que las labores que inició, entre otros, don Juan Ponce de León, era no sólo de exploración o de conquista, ya que la posterior incorporación de la Florida y otras regiones vecinas a la milenaria civilización cristiana es asunto que no debe ser desatendido. Las críticas de algunos a la celebración del Quinto Centenario del Descubrimiento (1492-1992) se estrellaron contra la roca indestructible de una historia en que los aportes y logros superaron deficiencias y errores. En este volumen de 192 páginas se nos recuerda que sólo en la Florida se erigieron más doctrinas y misiones que las fundadas en la Alta y Baja California, Texas, Nuevo México y Arizona, donde funcionaron 108 misiones mientras que el número de las mismas era aquí de 124.
En medio de tantos datos y portentos el lugar que le correspondió a Ponce de León y sus compañeros merece el reconocimiento que promueve dignamente con su libro el doctor Larrúa-Guedes. Don Juan Ponce de León, como señala el autor, “era un hombre que ambicionaba gloria renombre y riquezas…” Lo mismo puede decirse de otros exploradores, pero su magnífica contribución a las exploraciones geográficas y su decisivo aporte a futuras labores de colonización en la Florida, Puerto Rico y otros lugares, no debe ponerse en duda. La calidad del trabajo del autor, así como la imperiosa necesidad de conocer detalles indispensables de tales procesos, convierten su obra en una muy confiable y oportuna fuente de conocimiento. Saludo y me descubro ante tan significativo esfuerzo.
Pues bien, hay algo nuevo en el ambiente que también me llena de entusiasmo. El Centro de Estudios de la Florida Colonial, hermoso proyecto iniciado por mi gran amigo el Padre José Luis Menéndez y sus colaboradores, acaba de publicar un gran aporte a la celebración de los 500 años de la llegada a la Florida de don Juan Ponce de León. Se trata de “La Provincia de la Florida” del doctor Salvador Larrúa-Guedes, labor ofrecida como tributo a Juan Ponce de León y a otros colaboradores en la gesta del descubrimiento de esta península norteamericana. El libro también describe planes y acontecimientos anteriores al viaje como la aparición de la Florida, desde 1502, en los primeros mapas de América.
El ilustre profesor Lawrence A. Clayton, del Departamento de Historia de la Universidad de Alabama, al escribir la presentación del libro y hacer algunos comentarios sobre el mismo, señala que “verdaderamente es una obra prodigiosa y todos los que estamos interesados en los orígenes de la civilización del Nuevo Mundo tenemos una inmensa deuda con el autor.” El doctor Clayton describe como el historiador cita y explica las circunstancias de todas las expediciones de exploración y conquista realizadas por los españoles dentro de “la inmensa región que ellos llamaron la Florida”, aclarando que “…En ese siglo la Florida era toda la tierra que estaba situada al norte de los establecimientos españoles en Cuba y otras islas del Caribe…”
Por su parte, el doctor Larrúa-Guedes ofrece información sobre los gobernadores españoles hasta la primera parte del siglo XVII y penetra en el entorno de las dificultades experimentadas en 1565 por don Pedro Menéndez de Avilés para eliminar la presencia, anterior a sus esfuerzos, de los hugonotes franceses que habían levantado el Fuerte Carolina, y establecer así, con pie firme, la soberanía española sobre el territorio descubierto por Ponce de León en 1513.
El historiador relaciona con mucha destreza las actividades españolas en esta región con las de los colonizadores de Cuba, punto de partida de los acontecimientos en la Florida en el siglo XVI y después, y en la gigantesca empresa de la colonización española del Nuevo Mundo. La íntima relación entre Cuba y la Florida, lo mismo en aspectos de administración política como en los estrictamente eclesiásticos, encuentra en este libro una exposición muy superior en aspectos fundamentales. Y su descripción del primer asentamiento europeo en Miami será de singular interés para los actuales habitantes de una ciudad convertida ya en bastión inexpugnable del regreso hispano a Norteamérica.
La obra de don Salvador es impresionante. Este libro se une a “Cinco Siglos de Evangelización Franciscana en Cuba”, “De Cuba a los Estados Unidos: una gesta misionera de tres siglos”, “Cronología de la Florida Colonial Hispana”, además de infinidad de otros libros y ensayos sobre temas históricos relacionados con la región y con la presencia de la Madre Patria en el Nuevo Mundo y de la Iglesia como civilizadora de países y de regiones enteras. La pluma del doctor Larrúa-Guedes no ha descansado, como digno resultado de sus notables investigaciones sobre la materia.
No debe olvidarse que las labores que inició, entre otros, don Juan Ponce de León, era no sólo de exploración o de conquista, ya que la posterior incorporación de la Florida y otras regiones vecinas a la milenaria civilización cristiana es asunto que no debe ser desatendido. Las críticas de algunos a la celebración del Quinto Centenario del Descubrimiento (1492-1992) se estrellaron contra la roca indestructible de una historia en que los aportes y logros superaron deficiencias y errores. En este volumen de 192 páginas se nos recuerda que sólo en la Florida se erigieron más doctrinas y misiones que las fundadas en la Alta y Baja California, Texas, Nuevo México y Arizona, donde funcionaron 108 misiones mientras que el número de las mismas era aquí de 124.
En medio de tantos datos y portentos el lugar que le correspondió a Ponce de León y sus compañeros merece el reconocimiento que promueve dignamente con su libro el doctor Larrúa-Guedes. Don Juan Ponce de León, como señala el autor, “era un hombre que ambicionaba gloria renombre y riquezas…” Lo mismo puede decirse de otros exploradores, pero su magnífica contribución a las exploraciones geográficas y su decisivo aporte a futuras labores de colonización en la Florida, Puerto Rico y otros lugares, no debe ponerse en duda. La calidad del trabajo del autor, así como la imperiosa necesidad de conocer detalles indispensables de tales procesos, convierten su obra en una muy confiable y oportuna fuente de conocimiento. Saludo y me descubro ante tan significativo esfuerzo.
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