MARCOS ANTONIO RAMOS: RESURRECCIÓN Y ESPERANZA


Diario Las Américas 
Publicado el 03-30-2013

Resurrección y esperanza

Mientras se buscan soluciones a las crisis económicas, se intenta alcanzar un verdadero milagro de proporciones bíblicas

Por Marcos Antonio Ramos

Noticias y comentarios siguen haciendo resaltar como, para millones de personas, la elección del Cardenal Bergoglio como papa se ha convertido en una hermosa esperanza. Hacía tiempo que no se había producido una reacción tan rápida y favorable ante la designación de un líder religioso o político.

Salvando distancias, otras noticias no son alentadoras y hasta pudiera prevalecer una dosis de pesimismo en las informaciones. Después de la costosa y sangrienta guerra que puso punto final al gobierno de Saddam Hussein en Irak, las tensiones entre chiíes y suníes han aumentado allí y la comunidad cristiana de ese país ha disminuido increíblemente en número e influencia.

Desde una perspectiva occidental esa última noticia, que no ha sido difundida suficientemente, constituye una señal negativa. Mientras tanto, algunos se consuelan con el recuerdo del fin de la tiranía que por décadas sufrió el pueblo de la antigua Mesopotamia

En la Madre Patria, España, la banda terrorista ETA rechazó desarmarse a menos que el gobierno esté dispuesto a negociaciones, pero algunos confían en que tales declaraciones no se traduzcan en un regreso a los peores días del terrorismo.

Por otra parte, tendencias al separatismo y los problemas económicos de la administración de Cataluña reciben mucha atención, pero se deja entrever un acercamiento entre la Generalitat y la Moncloa.

Y cada vez que se anuncia un intento de resolver alguna de las crisis económicas de un país europeo renacen las esperanzas.

Hasta Chipre está nuevamente en las noticias. Pero son tantas las descripciones de problemas y de posibles soluciones a las diversas dificultades que afectan la economía europea y mundial que la vida del lector se complica.

En la práctica se nos obliga a repasar las lecciones del curso de Economía 101, de introducción a la materia, o consultar a la Internet en la búsqueda de una mayor comprensión de asunto tan complejo.

Algunos han encontrado señales de esperanza en el resultado del viaje de Barack Obama a Israel. Se habla de una posible mejoría de las relaciones entre Estados Unidos y la actual administración de Israel a la vez que se menciona la decepción de árabes e islámicos ante lo que consideran un cambio en la política del presidente Obama.

En cualquier caso, el gobernante norteamericano no complacerá a tirios y troyanos.

Y mientras se buscan soluciones a las crisis económicas, se intenta alcanzar un verdadero milagro de proporciones bíblicas, el de acercar a demócratas y republicanos en cuestiones fiscales.

Más importante para otros son las cuestiones ecológicas, la política hacia las preferencias sexuales y los proyectos para eliminar o reducir la milenaria pobreza de la mayor parte de la población del Planeta Tierra.

En medio de ese panorama, descrito de manera incompleta, llegamos a otro Domingo de Resurrección.

Aunque las Escrituras Cristianas no establecen la celebración anual de la Resurrección de Cristo, aceptada por fe por un enorme sector de la población, desde tiempos inmemoriales los cristianos han encontrado en la victoria de Jesús de Nazaret sobre la muerte, una fuente de esperanza ante la inevitabilidad de la corrupción de nuestros cuerpos.

Muchos estudiosos entienden que la fecha fue una forma de crear algo equivalente a la celebración de la Pascua de los judíos, relacionando así la crucifixión de Cristo y acontecimientos relatados en las Escrituras Hebreas.

Desde el segundo siglo de lo que denominamos Era Cristiana hay evidencias claras de la celebración aunque se produjeron controversias entre las iglesias cristianas en cuanto al tiempo indicado para la misma.

Como otras prácticas y doctrinas fue necesario esperar hasta el Concilio de Nicea del año 325 para que se realizaran ciertas definiciones consideradas fundamentales.

Pero no todo consiste en la relación entre creencias cristianas y judías, o entre prácticas que pueden remontarse a ellas. La celebración de lo que en los pueblos de habla inglesa se denomina “Easter” y en otros “Domingo de Resurrección” ha constituido un signo de esperanza para infinidad de generaciones.

Puede pensarse en la esperanza de la vida eterna o en la resurrección de los muertos, pero hay otras connotaciones aún para los que no aceptan que Jesús se levantó de entre los muertos.

Por cierto, recuerdo a un estudiante que discutía de religión con un compañero y concluyó sus palabras diciendo: “Todo eso está muy bien, pero no sólo me conformo con esta vida presente sino que no tengo el más mínimo interés en otra existencia. Con una vida me basta…” Pero aún aquel joven necesitaba alguna forma de esperanza.

Independientemente de discusiones, situaciones, interpretaciones y creencias, el Domingo de Resurrección no da señales de desaparecer del calendario, sobre todo en el mundo occidental, y supone una nota más alegre en el ambiente después del Viernes Santo y el recuerdo de la muerte de Jesús.

La sabiduría popular señala que “mientras hay vida hay esperanza”, lo cual puede ser matizado según las diferentes coyunturas, pero casi todos admitimos que viene bien un poco de esperanza en medio de cualquier revés, crisis o confusión.

Vale la pena pensar un poco en lo positivo y alentar esperanzas este domingo y en cualquier otro día. SURSUM CORDA, Arriba corazones.

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