OPINION EDITORIAL: Lo que leí en el Nuevo Herald
Miami | 4 de enero de 2012
Vivo en Estados Unidos de América hace ya nueve años. Sin
embargo, ayer en la mañana me pareció que de pronto no vivía en este gran país
y les confieso que sentí miedo, mucho miedo, pues Estados Unidos es, para mí, el mejor país del mundo en el
que se puede vivir. No es perfecto, ninguno lo es, pero aun así es el mejor.
¿Y qué le causó ese miedo tan grande se preguntarán
ustedes? Pues me lo causó la lectura del periódico El Nuevo Herald. Y sé que al decirles esto corro el riesgo de que
me tachen de loco o al menos de exagerado, pero asumo ese riesgo seguro de que
me tendrán paciencia antes de elaborar un juicio definitivo.
Hace ya muchas semanas que en este país se habla la mayor
parte del tiempo de las elecciones presidenciales del 2012. Desde luego que hay
otros temas importantísimos en el candelero: el retiro de las tropas
norteamericanas de Irak, las amenazas constantes de Irán, el alto índice de
desempleo, los impuestos…
Pero todo, absolutamente todo, se subordina al resultado
de las próximas presidenciales, ya que muchos culpan de todo lo malo al
presidente actuante y no ven otra alternativa que elegir un nuevo presidente,
en tanto otros muchos se decantan por lo opuesto: relegir al presidente para
evitar mayores desastres.
Para el día de ayer, martes 3 de enero de 2012, estaba
programada la celebración de las asambleas partidarias del partido Republicano
en el estado de Iowa. Evento que marca el comienzo del proceso de elecciones
primarias de dicho partido, que culminará con la elección –en la convención--
del candidato que contenderá con el presidente Obama en noviembre de este año.
¿Y que encuentro en El
Nuevo Herald en un día tan importante como lo fue el día de ayer?
TITULARES
DE LA PRIMERA PAGINA DEL NUEVO HERALD
- Revuelo por presunta boda
de Ricky (PRIMER PLANO/4 A)
- Babalaos divulgan Letra
del Año (CUBA/9 A)
- Llega fuerte frente frío
- Tiroteo provoca pánico en
calle de Sweetwater
- Ingeniero cubano varado
en Colombia
- Se desploman las ventas
de automóviles en España
No sé cómo hubiesen reaccionado
ustedes queridos amigos, pero al ver tanta trivialidad, tanto desprecio por lo
realmente importante, en uno de los dos únicos periódicos en español que se
publican en el condado Miami-Dade, sentí –como les adelanté—un gran miedo. El
miedo de que durante la noche me hubieran metido en la máquina del tiempo y me hubiesen
despachado a otro mundo sin boleto de regreso.
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